Safari en Botsuana
Para Edurne Álvarez de Mon, consultora de la Fundación ONCE, viajar no es incompatible con su discapacidad. Y lo prueba emulando a Willy Fog desde Machu Picchu hasta el delta del Okavango
Para esta consultora de la Fundación ONCE, viajar está en su ADN, y no es incompatible con su discapacidad adquirida a raíz de un accidente que sufrió hace nueve años y que le produjo una lesión medular. Lo prueba emulando a Willy Fog constantemente, ya sea en Machu Picchu o Botsuana.
¿Fue Botsuana un destino difícil?
Para alguien que viaja con silla de ruedas, una ciudad europea con empedrado y pendientes puede ser hasta menos accesible. Además, en un país en vías de desarrollo siento mucha más empatía.
¿Qué le hizo elegir Botsuana?
Tres amigas mías y yo queríamos ir a un safari en África y nos decantamos por ese país. Solo teníamos un par de condiciones: dormir en lugares con acceso a un baño y alquilar un coche donde pudiéramos. Todo a través de agencias locales de allí.
¿Conocieron a muchos lugareños?
Sí, porque sin pretenderlo llamábamos la atención. Los niños se fijaban mucho en mi silla de ruedas. La gente nos preguntaba a qué nos dedicábamos: no se hacían a la idea de que yo llevase una vida laboral normal. A mí me gusta vincular mis viajes con la labor del Fondo Social Europeo, que fomenta el trabajo y el viaje en situaciones de discapacidad. “Qué valientes”, nos decían. Y yo creo que de valientes nada: es lo que hay y te organizas con ello.
¿Qué paisajes vio en Botsuana?
Muy diversos. El delta del río Okavango, el más grande del continente africano. Esa zona la hicimos con guía y vimos muchos animales: elefantes, jirafas, leones. Pero lo más impresionante para mí fueron las planicies de sal del centro de Botsuana, que es un desierto. Allí acampamos en la isla Kubu. En la agencia de viajes cortocircuitaban porque no pensaban que pudiese montarme en la avioneta que nos llevaba, pero sí lo hice: reptando de lado.
¿Se cruzaron con otros viajeros?
Donde más vimos fue en el parque nacional de Chobe y en las cataratas Victoria, entre Zambia y Zimbabue. Allí hay hoteles más lujosos, tipo americano. Hasta nos encontramos con Paco Nadal y su grupo, que andaban por allí.
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