Nueve remojones de adrenalina

Proporcionan un subidón de adrenalina y además refrescan. Proponemos nueve experiencias muy movidas y con agua de por medio en siete parques de atracciones y dos parques acuáticos de España.

1 Río Bravo

Parque Warner (Madrid)

El western de 1959 dirigido por Howard Hawks y protagonizado por John Wayne da nombre a una de las atracciones acuáticas más representativas del Old West Territory de Parque Warner, en Madrid: una barca que navega por el turbulento río Bravo, llega a una montaña, recorre una recreación del Gran Cañón del Colorado, pasa por un poblado indio, asciende por el interior de una mina de oro y cae a un gran lago desde una altura de 22 metros. Descensos, fuertes corrientes, giros inesperados. Y agua, mucha agua.

2 Tutuki Splash

Port Aventura (Tarragona)

Polynesia es uno de los mundos en los que está dividido Port Aventura World, en Tarragona. Y allí reina el Tutuki Splash, un volcán a punto de entrar en erupción del que hay que escapar a toda prisa en una barca, pasando por cuevas, cascadas, bajadas vertiginosas. Pero el volcán atraerá a la barca, que terminará bordeando el cráter y luego caerá en picado por su ladera, hasta llegar a un lago, formando una enorme ola. El remojón está tan asegurado como el subidón de adrenalina.

3 Las cataratas del Iguazú

Isla Mágica (Sevilla)

Un corto pero intenso descenso en balsa por las cataratas del Iguazú, a más de 50 kilómetros por hora, por una pendiente de 17 metros de altura. Es la propuesta de una de las atracciones más populares de Isla Mágica, situada en el área temática Amazonía. Dicen quienes la han probado que no hay mejor antídoto contra el calor del verano en Sevilla.

4 Gran Tikal

Parque de Atracciones de Zaragoza

Una de las atracciones estrella del Parque de Atracciones de Zaragoza, que recrea un templo maya. Propone un viaje por un turbulento río cercano a la ciudad maya de Tikal. El recorrido cuenta con un primer desnivel de siete metros, y un segundo de 12. Hasta llegar, completamente empapados, a Tikal.

5 La mina de oro

Parque del Tibidabo (Barcelona)

La atracción, ubicada en la zona más alejada del Parque del Tibidabo, en Barcelona, invita a subirse a bordo de una embarcación con forma de tronco, junto con otras dos personas, y recorrer una vieja mina de oro abandonada. El recorrido tiene varias subidas y descensos, con chapuzón incluido.

6 La Furia de Tritón

Terra Mítica (Benidorm, Alicante)

La Furia del Tritón es un splash o atracción acuática del área de Grecia de Terra Mítica, en Benidorm. Los pasajeros han de escapar de la furia de Tritón (el dios mensajero de las profundidades marinas) en barcazas con capacidad para 20 personas, que atraviesan túneles de piedra y descienden por dos caídas de 10 y 15 metros de altura, en una escenografía tomada de la literatura de aventuras marítimas de los antiguos cretenses y micénicos.

7 Singha

Siam Park (Tenerife)

Con permiso de un clásico como Torre of Power (un tobogán de 28 metros de altura donde se alcanza una velocidad de hasta 80 kilómetros por hora y termina con vistas a un acuario gigante de tiburones y mantas), en esta entrada nos referiremos a la última incorporación del Siam Park, en Tenerife, el mejor parque acuático del mundo según los viajeros de Trip Advisor: se llama Singha y se presenta como una montaña rusa acuática de 240 metros de recorrido, con curvas de alta velocidad, 14 cambios de dirección y una velocidad de 18 metros por segundo en la bajada.

8 Verti-Go

Aqualandia (Benidorm, Alicante)

El parque acuático Aqualandia, en Benidorm, anuncia Verti-Go como la atracción formada por dos toboganes, de 28 y 33 metros de altura.

Y presenta al mayor de ellos (estrenado en 2013) como el más alto de Europa y el tobogán-cápsula más alto del mundo. Los valientes que se atreven con él tardan en deslizarse por la atracción unos tres segundos y pueden alcanzar, como su propio nombre indica, velocidades de vértigo.

9 Fiordos

Parque de Atracciones de Madrid

Los Fiordos es el nombre de una montaña rusa de agua del Parque de Atracciones de Madrid, con una caída de 15 metros de altura. Una barcaza remonta una gran montaña de 56 metros de altura (desde la que, por cierto, se divisa un paisaje estupendo de la capital, con parte de la Casa de Campo incluida) y, desde allí, desciende a un lago. Remojón asegurado.