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Centroamérica alucinante Desde bucear entre tiburones en el Big Hole de Belice hasta experimentar la conexión cósmica del lago Atitlán, en Guatemala, recorrido por los tesoros naturales de los siete países que unen el continente americano Gigantescas cumbres volcánicas y laderas cubiertas de cafetales son el telón de fondo de los vestigios de la ocupación española en Antigua, la otrora capital de Guatemala, destino turístico imprescindible por su bien conservada arquitectura barroca. EDGAR MOSKOPP (Getty) Más que un lugar para comprar, el mercado de Chichicastenango, en Guatemala es una animada ventana (dos veces por semana) a la tradición indígena; un antiguo punto de encuentro entre los habitantes de la región, que hablan maya quiché, así como un lugar de gran carga espiritual. luis davilla (Getty) Los restaurados templos que se alzan en el yacimiento maya de Tikal, en plena selva guatemalteca, asombran por su monumental tamaño y la brillantez arquitectónica. Destaca especialmente el aéreo mirador situado sobre el templo IV, en el extremo oeste del sitio. Alexander Nesbitt (Getty) Como un collar de perlas, el deslumbrante atolón Glover, en Belice, está formado por media docena de islotes bañados por aguas azules. Encaramado en una cadena montañosa sumergida en el borde de la plataforma continental, es un lugar fantástico para darle al kayak de mar, observando rayas jaspeadas, rayas de espina, tortugas y un sinfín de peces tropicales. Henry Georgi (Getty) Las paredes verticales del monumento natural Blue Hole (Gran Agujero Azul), en Belice, descienden más de 120 metros hacia el fondo del océano, creando una perfecta circunferencia de intenso azul. Su interior alberga un denso bosque de estalactitas y estalagmitas, así como grupos de tiburones de arrecife. Schafer & Hill (Getty) El Salvador cuenta con algunas de las mejores zonas de Centroamérica para coger olas, como Punta Roca, en la Costa del Bálsamo, donde se rodaron escenas de la película surfera 'El gran miércoles', así como las playas de El Sunzal y El Tunco (en la foto). John Coletti (Getty) En la sierra Apaneca llamatepec, el bosque de El Imposible –ecosistema amenazado–, en El Salvador, acoge gran variedad de animales y plantas, como pumas, tigrillos, jabalíes, halcones ferruginosos y águilas de cresta negra. Alfredo Maiquez (Getty) El submarinismo atrae a visitantes de todo el mundo a las tres Islas de la Bahía -Roatán, en la foto, Utila y Guanaja-, ubicadas a 50 kilómetros de la costa norte de Honduras. Sus arrecifes forman parte de la segunda mayor barrera de coral del mundo, tras la australiana. jspix (Getty) Uno de los principales núcleos mayas vivió, creció y acabó por desmoronarse misteriosamente en torno al yacimiento arqueológico de Copán, en Honduras, declarado patrimonio mundial. Es una maravilla contemplar las complejas tallas de piedra y las colosales construcciones cuyos orígenes se remontan al misterioso imperio maya. Keith Levit (Getty) La ciudad nicaragüense de Granada ejerce un magnetismo inmenso. El encanto de la ciudad reside en sus calles empedradas, sus polícromas casas e iglesias coloniales y su candencioso ritmo vital. Margie Politzer (Getty) Ciudad señorial con contracorrientes revolucionarias, además de su ambiente bohemio y ligeramente provocador, León, en Nicaragua, es también una puerta a las playas de arena color miel, volcanes y pueblos que parecen del Salvaje Oeste. Jorge S. Cabrera Volcanes gemelos, laderas exuberantes surcadas por senderos, restos arqueológicos, tirolinas, monos y aves, cascadas, olas que lamen los umbrales de alegres cabañas 'hippies' y un relajado ambiente que mantiene a los viajeros sosegados mientras recorren la Isla de Ometepe, en Nicaragua, un paraíso recobrado. John Coletti (Getty) Con una superficie de 105 kilómetros cuadrados, el Bosque Nuboso de Monteverde, en Costa Rica, debe gran parte de su belleza natural a los cuáqueros que abandonaron Estados Unidos en la década de 1950 como protesta por la guerra de Corea, inculcando los principios conservacionistas a los habitantes de la región. Matteo Colombo (Getty) Con casi un millón de habitantes, la transformación de Ciudad de Panamá, está en el aire: una nueva zona verde costera, el esperado museo de la biodiversidad y hasta el metro, en construcción. A pesar del intenso tráfico, el hechizo de la capital del país persiste gracias a sus genuinos habitantes y las encendidas puestas de sol. Dan Herrick (Getty) Además de los colosales cargueros de acero que atraviesan sus exclusas, el Canal de Panamá acoge legiones de criaturas en sus selváticos alredeores. Dos centros de visitantes cuentan con plataformas de observación y museos donde se muestra su proceso de construcción y ampliación. Bertrand Rieger (Getty) Los habitantes de Bocas de Toro, caribeño archipiélago principal centro vacacional de Panamá, aseguran que aquí todo es bueno: pasear en bicicleta playera, tararear un improvisado calipso en isla Bastimentos (en la foto) o gozar de una relajada cena en una cabaña con techo de paja en el paseo marítimo. Alfredo Maiquez (Getty)