Cabrida 2013, de cabras y garnachas

He aquí un vino ejemplar, fruto del tesón y la honestidad vitivinícola de una cooperativa que da nombre al pueblo (y al revés). Ya asombraron sus primeros vinos, balbuceantes pasos de una difícil andadura del granel al embotellado. Claro que contaba, y cuenta, con un profesional como Ángel Teixidó, el hombre que se conoce la zona de Priorat como la palma de la mano. Y unos directivos con visión de futuro. Hasta el extremo de elaborar el primer vino kosher de España, hoy uno de los mejor valorados del mundo. Ahora deslumbran con este Cabrida, un poderoso tinto de garnachas con más de 50 años, felizmente salvadas de las cabras (de ahí el nombre).

Se trata de un monovarietal que obtiene su complejidad no de la uva sino del territorio: viñas plantadas en suelos arcillosos, calcáreos, arenosos y de pizarra. Un vino de terruño en estado puro. Selección de uvas en su punto óptimo de maduración y sanidad, fermentación alcohólica y maloláctica en barricas de roble francés y crianza de dos años completan una elaboración modélica. Y el vino lo muestra: aroma envolvente, donde la fruta silvestre negra y roja, muy madura, casi licorosa, se expresa en una atmósfera de perfumes florales y hierbas de monte soleadas, con la hondura del roble y sus tostados. Sabroso, fresco y equilibrado, termina con fascinante frutosidad.