Nuevos restaurantes en Cascorro

Que El Rastro de Madrid ya no es lo que nuestros padres recuerdan quedó claro hace tiempo. Los característicos locales, en otro tiempo atestados de muebles y artículos de segunda mano, cuyo origen era de lo más dispar, o incluso incierto, y se apilaban hacinados en completo desorden, se fueron sustituyendo por tiendas especializadas en las que los objetos dejaron de acumularse, para exhibirse. Y a partir de los años 90, con locales pioneros en la compra y venta de muebles y curiosidades como El Transformista (Mira el Río Baja, 16), El Rastro comenzó a albergar preciosas tiendas de almoneda y mobiliario original del siglo XX, hasta sumar una veintena de establecimientos.

En materia de restauración, esta zona del centro de Madrid también se ha renovado. De hecho, a pocos metros de la estatua de Cascorro, en la plaza del mismo nombre, han abierto sus puertas un par de restaurantes que rompen con la castiza tónica circundante por su estética y si propuesta gastronómica.

Martina Cocina

Una gran mesa comunal de madera recibe comensal al entrar en la sala principal de Martina Cocina (Cascorro, 11; +34 910 834 380), invitándole a sentirse como en casa. Una sensación que se repite al consultar la carta de este restaurante abierto por una argentina apasionada de los fogones, Martina. La propuesta se centra en platos sanos y caseros, bocadillos de pan esponjoso recién salido del horno, distintos tipos de jugosas quiches y zumos naturales recién exprimidos. Para el postre, dulces artesanos y una tarta de zanahoria que, probablemente, se encuentra entre las mejores de Madrid.

El alma inquieta de Martina hace que la oferta cambie el fin de semana con el brunch de los sábados (de 11.30 a 15.30; 12 euros) y las particulares cenas con historia, que aúnan gastronomía y literatura, en las que el menú incluye un ingrediente cultural: cada comensal se lleva una novela de regalo (hay que reservar previamente). Y el movimiento sigue en Martina Cocina, pues sus cuevas, que acogen ya sesiones de microteatro, serán acondicionadas próximamente como espacio de trabajo.

La China Mandarina

A pesar de su nombre, en La China Mandarina (Cascorro, 17; +34 910 282 541) no encontraras dim sum ni otras especialidades de la cocina cantonesa. Tampoco es un bazar de artículos made in China, sino un luminoso restaurante en el que la luz se cuela a raudales gracias a sus grandes ventanales abatibles. Su amplio interior, en el que se han respetado las columnas de hierro originales y el ladrillo visto juega con las vigas de madera de su pared principal, está decorado a partir de mobiliario recuperado y está repleto de detalles florales que lo hacen sumamente acogedor.

La cocina, abierta, no descansa. Desde el desayuno hasta la cena, en su breve carta encontrarás platos sanos y sencillos, con propuestas para compartir como el hummus con crackets, excelentes cocas –hay una estupenda de anchoas y calabacín-, así como saludables ensaladas. Una buena forma de comenzar el día son sus crujientes croissants, mientras lees, trabajas o contemplas a través de sus ventanales el trajín mañanero en torno a la estatua de Cascorro.

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