Textura sedosa

Finalmente, Pablo Bustos ha decidido relanzar la histórica bodega Gómez Cruzado, fundada en 1886 y hoy propiedad de su familia, que ocupa un lugar envidiable en el barrio de la Estación de Haro, junto a Muga, Tondonia, Rioja Alta o Cune.

El perfil de sus vinos no había variado en los últimos tiempos, anclado en un concepto de tipicidad acartonado, que necesitaba adecuarse a los gustos y exigencias del consumidor actual. Para esta nueva etapa, Gómez Cruzado cuenta con un nuevo equipo dirigente, joven y excelentemente preparado: David González y Juan Antonio Leza, técnicos vitivinícolas con amplia experiencia en Rioja, Ribera del Duero, Arlanza, Rueda, Toro, Navarra, Somontano, Castilla-La Mancha y Extremadura.

La bodega cuenta con un pequeño y bien ubicado viñedo de 50 hectáreas que incluye, entre otros muchos argumentos, garnachas del Alto Najerilla y tempranillos de las mejores zonas de Rioja Alta y Alavesa.

Mientras cuaja el nuevo proyecto, todavía sigue destacando su vino de gama alta, un tinto de perfil clásico, pero que apunta en la buena dirección: buqué bien definido, de abundante afrutado, con notas avainilladas, agradables tostados y un fondo de roble tal vez un poco subido. Sabroso, de taninos maduros y francos, su textura sedosa conduce suavemente a un final elegante y firme.

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