Capítulo aparte

Nubes sobre la cabeza. Un archipiélago de islas. El mar y el cielo, la pareja p[/CAP3]erfecta. Así se presenta la exposición Islas Pasajeras, de la pintora Isabel Cuadrado, que inaugura el espacio artístico y pedagógico One Shot Projects, un novedoso proyecto hotelero y cultural del empresario Felipe Mendieta con un horizonte inmediato de aperturas en Madrid, Sevilla y Londres. El primero de ellos, en el madrileño barrio de las Letras, lleva el nombre sinóptico de 23, que es el número de la calle en que se asienta esta nueva propuesta de alojamiento low cost con diseño. La tendencia está cuajando aceleradamente en el centro histórico de numerosas ciudades, por lo que más pronto que tarde debía hacer ya su aparición en la capital de España.

Apenas enfilar la calle del Prado se presiente la importancia gráfica de la nueva marca sobre un edificio residencial con cierta singularidad y regusto clásico. “Cuando las barbas de tu vecino veas pelar pon las tuyas a remozar” o “es culpa del perro”, se lee en las paredes del hotel. Su rehabilitación fue confiada a un joven estudio de interiorismo, Las2Mercedes, constituido por Mercedes Peralta y Mercedes Valdenebro, que no han escatimado detalles —aunque sí presupuesto— en reforzar el sesgo cultural del proyecto. El suelo de parqué proviene de L'Antic Colonial. La iluminación, de Davide Groppi. Las sillas, de Vitra. El plato de las duchas lleva el sello Fiora Silex. Y las cafeteras de las habitaciones, Nespresso.

En el minibar, agua

En torno a los dormitorios orbita el concepto hotelero extra artístico, sin concesiones a otros espacios comunes al uso tipo salones de estar, terrazas o comedor. Tan ajenos a ellos que One Shot ofrece el desayuno por un convenio con el Ateneo de Madrid, colindante con el edificio. Y otra restricción más: en los minibares de las habitaciones solo hay agua; lo demás se puede solicitar en la recepción.

Existen cinco categorías de habitaciones: Patio, Shot, Balcony, Terrace y Top. Incluso las básicas Patio y Shot ofrecen una ducha con eyector de 40 centímetros y efecto lluvia. Las denominadas One Terrace Room cuentan con una terracita propia. Y en las Top todo el lujo se resume en una bañera y un vestidor. Su insonorización es insuficiente, pues se filtran bastante los ruidos de la calle. Aunque lo verdaderamente insoportable es el funcionamiento de la wifi, que obliga a reintroducir las claves de acceso cada media hora.

Como reza su propio nombre, en inglés, One Shot es una especie de relato o cómic de un solo capítulo que se lee a renglón seguido. No caben propósitos mayores en este privilegiado emplazamiento del centro de Madrid por apenas 65 euros la noche.

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