De la tierra al espacio
El Spaceport de Norman Foster, en Nuevo México, los estadios que invadirán Brasil o el Museo de la Ciencia de Renzo Piano en Trento. Un 2014 de hormigón, acero y cristal
La arquitectura de 2014 dará la vuelta al mundo y viajará incluso más allá. El Spaceport de Norman Foster, en Nuevo México, espera el despegue del turismo espacial; Brasil quedará salpicado de estadios; China verá cómo el mediático Rem Koolhaas se abraza a la sobriedad, todo lo contrario al llamativo Museo de la Ciencia que Renzo Piano ha inaugurado en Trento. Steven Holl levanta la ampliación de la centenaria y mítica Escuela de Arte de Glasgow. Y también David Chipperfield defiende la discreción en México. El británico no se ha dejado marear por las modas ni siquiera al proyectar un museo para Jumex, con apellido de zumo de frutas.
Brasil, fútbol y arquitectura
Pocas culturas manejan mejor el binomio. En 2014, el espectáculo del segundo Mundial de Fútbol que celebra Brasil incluirá campos tan elegantes como el Mané Garrincha de Brasilia, reformado este año para inaugurar la Copa Confederaciones, y sorpresas como el estadio de Manaos (obra de los alemanes GMP) con forma de nido gigante (aún en construcción). Aunque recuerda al que Herzog & de Meuron y Ai Wei Wei levantaron en Pekín, la original cancha podría terminar sus días como cárcel temporal. Ese es uno de los destinos que se barajan porque Manaos no tiene equipo en primera división y cada vez son más los presos sin celda.
Norman Foster, en otro mundo
Spaceport America es la primera lanzadera espacial para turistas. Desde hace casi una década, Foster trabaja en estas instalaciones que quieren ser respetuosas con el paisaje desértico de Nuevo México (EE UU) y a la vez resumen en su escenografía la invitación a un viaje desconocido. En espera de iniciar los despegues, el exclusivo y remoto edificio puede visitarse en tours semanales.
Discreción en México DF
Un edificio dinámico y reversible no necesita parecer un tiovivo para cumplir con tanta polivalencia. Ese es el mensaje del nuevo museo para la colección Jumex (Jugos de México) que el británico David Chipperfield ultima en el barrio de Polanco de México DF. Frente a su apabullante vecino, el Museo Soumaya, el suyo será una isla de tranquilidad y buen gusto en medio de un mar de colosos.
Koolhaas enseña las piernas en China
El segundo gran edificio de Rem Koolhaas en China ya puede visitarse. Frente a la sede de la televisión que levantó en Pekín, este rascacielos de 250 metros de altura que alojará la Bolsa de Shenzhen resulta austero. Los vecinos de la ciudad lo han bautizado como “la minifalda”, por el volumen horizontal que, levantado a 36 metros del suelo, acoge el parqué de los agentes de Bolsa y convierte el suelo que rodea el edificio en una gran plaza. Para hablar de operaciones bursátiles, el arquitecto holandés ha preferido ser discreto. Con todo, la minifalda envía un mensaje sobre un negocio convertido en sombra. O en cobijo.
Glasgow inyecta vida a su escuela
Glasgow se ha atrevido a tocar la obra de Charles Rennie Mackintosh, su arquitecto más célebre. Pero lo ha hecho sin roces. El estadounidesne Steven Holl inaugurará en 2014 la ampliación de la famosa escuela de arte, un edificio Arts & Crafts de 1909. El nuevo inmueble hace una lectura abstracta de cómo Mackintosh llevaba la luz a sus edificios. Con fachadas ciegas de vidrio blanco, la ampliación callará frente a uno de los edificios más famosos del mundo. Pero cuando llegue la noche se convertirá en una gran lámpara que dejará a oscuras el icono de la ciudad.
Museo-montaña en Trento
Del rascacielos con forma de astilla que clavó en el centro de Londres a la montaña que –emulando a las Dolomitas vecinas– inaugura en la ciudad italiana de Trento, a Renzo Piano se le amontonan los encargos. Su Museo de la Ciencia contiene tanto empirismo como espectáculo. Un atrio repleto de animales suspendidos en un inmueble de metal y vidrio frío como un laboratorio. Eso sí, el proyecto es sostenible: recicla el agua de lluvia y calienta sus espacios con paneles solares.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.