Vermú con rock
Una librería con títulos independientes, un bar de toda la vida y un ultramarinos que cuida mucho sus rótulos. Víctor Coyote canta en plena calle de La Palma, en el barrio madrileño de Malasaña
El buen tiempo no acaba de llegar y el mediodía es gris. Dentro, en el pequeño y rústico local Toma Café (1) (La Palma, 49; 917 02 56 20), la luz es tenue, y la charla, en voz baja. Entre sorbo y sorbo de un cortado, Víctor Coyote —o Víctor Abundancia, o Víctor Aparicio Abundancia— se define sin rodeos: “Siempre he sido un serie B”. Este músico, diseñador gráfico, escritor y videorrealizador fue, junto con su grupo de rock latino Los Coyotes, uno de los animadores de la movida madrileña. Así que por eso, y porque es vecino del barrio, ha elegido la calle de la Palma, una de las principales arterias del barrio de Malasaña, para guiarnos por los lugares que son (y fueron) parte de su vida diaria.
“No es que sea un serie B porque yo lo haya decidido. A mí me venía bien vender discos y tocar. Pero a lo mejor mis propuestas eran menos comerciales y la gente no aguantaba bien mis bandazos. Quizá se desconcertaba. Por mis ritmos latinos, yo era como una cosa aparte. Porque en los ochenta se ponía en duda todo eso. Ahora hay un acercamiento interesado a Latinoamérica, pero en esa época no. Parecía que Los Coyotes teníamos una especie de acercamiento hortera. Porque aquí se aspiraba a ser como en Inglaterra o incluso como en Suecia. Y mira en lo que hemos acabado ahora”, dice el intérprete de temas como Esta noche me voy a bailar o Las chicas de las revistas guarras, mientras mira de reojo los sacos marrones de café brasileño y guatemalteco que cuelgan en una de las paredes de la cafetería.
Unos pasos después de salir de ahí, Víctor Coyote se topa con la Escuela de Arte La Palma (2) (La Palma, 46). Él llegó a Madrid en 1975 para estudiar Bellas Artes, y el contraste de esta capital con su natal Tuy (Pontevedra, Galicia) fue bastante fuerte. “La cultura estaba muy centralizada y aquí había de todo. Y porque aquí veías a chicas que no conocías, cosa que no ocurría en mi pueblo”.
Unos instantes después, Coyote se acomoda sus gafas para ver con gran admiración los letreros de los nombres y los precios de conservas, embutidos y demás productos de la abarrotada tienda Alimentación Relloso (3) (La Palma, 21; 914 77 54 61). “La rotulación es maravillosa. Mira. Y todo está hecho a mano por uno de sus propietarios, ¿eh? Es excelente. Cada vez que paso por aquí entro a comprar algo y a ver con asombro estos cartones”, subraya él, que ha diseñado varios cómics y carteles.
También ha escrito un libro de relatos. Se llama Cruce de perras (Visual Books, 2006), y en sus páginas cuenta que en el año 2036 quizá él no sea más que “un viejo decadente” recluido, si le va bien, en una residencia de ancianos. Lo recuerda cuando llegamos a Arrebato Libros (4) (La Palma, 21; 912 82 11 11), una librería (“y un núcleo de gestión cultural”) donde venden libros viejos y novedades de editoriales independientes. “Aquí hice una vez un miniconcierto acústico. Y aquí compro, sobre todo, buenos ensayos y novelas”.
Cruzando la calle está la sala Nudo Teatro (5) (La Palma, 18; 915 21 84 29), un espacio de 145 metros cuadros donde Víctor Coyote presentó hace unos días un avance de su nuevo disco en solitario. “Será un álbum de versiones. Ahora mismo lo estoy terminando de preparar. Hay algunas canciones portuguesas, una napolitana, hay coplas tradicionales cubano-canarias. Y una canción peruana. La mayoría no son muy conocidas”.
Propone desandar el camino para ir hasta las muy castizas Bodegas Rivas (6) (La Palma, 61; 915 32 20 33). Es un sitio que le gusta por viejo y clásico. “A diferencia de algunos de mi generación, yo nunca quise montar un bar. Porque conviertes a tus amigos en clientes. Y además, a mí no me gustaría echar a mis amigos borrachos”, apostilla. Mientras llegamos al destino final del recorrido, cuenta que la letra de una de sus canciones tiene como escenario esta calle. Y entonces Víctor Coyote canta Yo creo en el diablo: “En la calle de La Palma, / en uno de sus cien bares, / el diablo entró empapado / rojo y diciendo ‘vale’. / Y allí no había árbitro, / noticia ni discurso / que no fuera puesto en duda / por cualquier guapo de turno”.
En un rincón de Bodegas Rivas, cerca de unas antiguas tinajas color rojo, Coyote pide la especialidad de la casa: vermú de grifo. Luego vendrán más copas, y entre una y otra recordará que el año pasado fue invitado por el Liverpool Institute for Performing Arts, la escuela de artistas fundada por el exbeatle Paul McCartney, para impartir una clase magistral. “Fue un cursillo de una semana sobre la escritura de canciones, y luego hice algunas presentaciones musicales con los alumnos”.
Fue el año pasado también cuando Víctor Coyote presentó en el Centro Cultural Matadero Madrid un espectáculo escénico sobre la historia del ukelele (“la pulga que salta”), el pequeño instrumento de cuerda que surgió en un barco que viajaba de Madeira (Portugal) hacia Honolulú (Hawai). “Fue un espectáculo para niños y modernos. Porque pienso que todo el mundo tiene alma de niño o de moderno. Y los que no la tienen no son interesantes”, dice, y brinda con otro vermú.
{ "active": true, "code": "187514", "elementType": "offerExtension", "id": 16, "name": "MADRID", "service": "tripadvisor" }
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.