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Elefantes en el barrio Frederiksberg de Copenhague

El espacio para estos animales diseñado por Norman Foster es una de las atracciones de este distrito de jardines y comercios

La Elephant House (casa de los elefantes) del Zoo de Copenhague.
La Elephant House (casa de los elefantes) del Zoo de Copenhague.Richard Davies

Para el turista que busque algo diferente de la ruta habitual por Copenhague, existe un paseo muy recomendable por el barrio de Frederiksberg. Es un plan perfecto para pasar medio día o un día entero, particularmente en verano.

Hay que bajarse en la estación de metro de Frederiksberg y seguir la Falkoner Allé pasando por la plaza del Ayuntamiento de Frederiksberg. A la izquierda empieza Gammel Kongevej, la vía comercial más frecuentada del barrio, con una multitud de tiendas, cafés y restaurantes. De los cafés, está muy bien Maude’s, y de los locales para comer, Fiasco, la cadena Sticks’n Sushi y Meyers Deli.

A continuación de la calle Falkoner Allé, empieza Allégade, una antigua área de ocio del siglo XIX con tabernas, teatros y restaurantes. En verano las bebidas y comidas se sirven en las terrazas y en el número 10, además de restaurante, hay un mini hotel con precios muy asequibles.

Allégade termina en la glorieta Runddelen, donde se encuentra la elegante alameda Frederiksberg Allé y la entrada a Frederiksberg Have, el parque más hermoso de Copenhague. Aquí puede verse también la iglesia de Frederiksberg, con su llamativa forma octogonal. Y,  enfrente, el curioso museo del caricaturista danés Storm P.

El parque Frederiksberg Have es una telaraña de senderos y canales que se extieden por el verde paisaje de hayas y césped. En la cumbre de una colina se yergue el castillo de Frederiksberg, una edificación de estilo barroco construido por el rey Federico IV a finales del siglo XVII. Desde el castillo se tiene una magnífica vista sobre el parque y también del cercano zoológico de la ciudad, uno de los más antiguos de Europa. Destaca también por contar con un espacio de elefantes diseñado por Norman Foster.

Vale la pena un paseo en barco de remos por los canales de Frederiksberg Have. En la travesía de una hora, el barquero suele contar un poco de la historia de este espléndido parque. Muy exótico es también el recién restaurado pabellón chino, donde sirven té en la terraza cada domingo de verano.

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