Diccionario japonés para pagar menos en restaurantes
La "barra libre de bebida" o "todo lo que pueda comer" son conceptos muy extendidos en Tokio
Salir a cenar en Tokio es, a veces, una osadía. El viajero que quiere degustar la variada y sabrosa comida nipona se encuentra, la mayoría de las veces, con dos sorpresas: el menú suele estar en japonés y los precios son altos. Como la barrera del idioma es algo que no podemos arreglar aquí, veamos cómo afrontar el problema del precio.
¿Cómo se dice en japonés “todo lo que puedas comer”? Tabehodai (食べ補題) ¿Cómo se dice “barra libre” de bebida? Nomihodai (飲み補題). Ambos son conceptos que existen en Japón y están muy extendidos. El secreto está en que, por un precio que oscila entre los 1.500 y los 4.000 yenes (entre 15 y 40 euros), puedes disfrutar, por un periodo, de entre 90 minutos y dos horas, de estas opciones que suponen una gran alternativa para foráneos y tokiotas.
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Deliciosas tapas de carne a la brasa, verduras salteadas, gyoza, pollo frito, sushi, nabe (esto suele ser lo más común, una especie de cocido de carne y verduras), pescado o ensaladas son algunos de los platos que se sirven en un tabehodai en las miles de tascas que ofrecen este servicio, que floreció en la década de los 90 por la crisis económica.
Si se pide también nomihodai se pueden tomar todas las cervezas, cócteles, sake o refrescos que se quieran. Sin límite. A veces el nomihodai está incluido, pero otras basta con pagar un cargo adicional de 1.000 yenes al tabehodai. Lo cual es un buen negocio, teniendo en cuenta que el precio habitual de una cerveza en un restaurante japonés ronda los 600 yenes (unos 6 euros).
Pero cuidado, generalmente, la última comanda es media hora antes de que terminen las dos horas, así que conviene apurarse a pedir antes de que se acabe el tiempo. Y también, como todo en Japón, la comida será de más calidad cuánto más se pague. Otra cosa a tener en cuenta es que, generalmente, cuando pasan esas dos horas el cliente tiene que abandonar el local, pues dejar que se quede alteraría la rapidez y eficiencia de su servicio.
El ambiente es, sin duda, uno de los puntos fuertes de este tipo de lugares. Generalmente son izakayas, típicas tabernas japonesas, decoradas en madera, llenas de alboroto, humo y ruido de platos. Entrar en una es adentrarse en el interesante mosaico nipón, con su idioma imposible, su variada gastronomía, sus tradiciones y su manera de relacionarse. Porque los izakaya son el escenario en el que los inexpresivos trabajadores japoneses se quitan la corbata para desmelenarse y olvidar el inamovible orden establecido. Si tienes suerte, alguno se saltará la barrera idiomática para compartir mesa con los pocos extranjeros que se aventuran en este paradigmático ambiente nocturno.
Si te apetece probar la experiencia, intercambiar charlas con los lugareños, disfrutar de la noche tokiota, vivir una situación típicamente japonesa y adentrarte en la cultura de este país, sin duda, tienes que hacerlo. Encontrarás restaurantes con tabehodai y nomihodai por toda la capital, sobre todo en las zonas de compras y bullicio.
En esta ciudad, como en todas las del mundo, las noches se alargan charlando animadamente, así que tener un “todo incluido” durante un par de horas hace que el susto de la cuenta se convierta en una preocupación menos y se vaya preparando el cuerpo para dar el salto, por ejemplo, a alguno de los miles de animados karaokes.
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