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Reportaje:24 HORAS EN... MÉXICO DF

La otra Roma se hace en un día

Cena en el Broka y marcha en Mama Rumba o El Jacalito. Y de día, paseos arbolados, plazas, la réplica de La Cibeles y grandes mansiones. Una intensa visita a la zona de moda de México DF

Decir que todos los caminos llevan a Roma resuelve un problema de espacio, pero el problema aquí es de tiempo. No estoy hablando de la capital italiana, sino de la colonia Roma en la Ciudad de México. Está usted en una de las metrópolis más pobladas del mundo, y sus pies están pisando una ciudad más antigua que Madrid; en la que caben, además de la capital española, Barcelona, Sevilla y Bilbao. Hay mucho por ver y solo le queda un día libre ¿Qué haría?

Todos los caminos le llevarán a la colonia Roma. Barrio que se encuentra en franco proceso de gentrificación. El fenómeno ha producido la renovación de muchos caserones decimonónicos; la construcción de edificios que aspiran a la inmortalidad; el arribo de familias jóvenes, emigrantes pop, protagonistas de la contracultura urbana y emprendedores del diseño y el arte que promovieron la apertura de hoteles, galerías, librerías y tiendas que dinamizan una zona renacida de las cenizas del terremoto de 1985 para convertirse en la nueva sede de la vida cultural capitalina.

9.00 La Cibeles, pero en bronce

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La colonia Roma se ubica exactamente en el centro geográfico de la ciudad y fue fundada por W. Orrin, dueño del circo Orrin, que tan famoso hizo al payaso Richard Bell. Sus calles tienen nombres de ciudades mexicanas donde el circo tuvo más éxito. Como una suerte de Trastevere, la Roma se metamorfosea como travesti local que igual se viste de pastel que de art déco, nouveau o neoclásico. Aquí se ha vivido la gloria y la caída, el renacimiento y la barbarie, la imitación y la originalidad. Entrar a ella es como caminar en una suerte de sueño laberíntico donde conviven los ecos del acueducto de los césares (1) (avenida de Chapultepec), la sombra exacta de Notre Dame (2) (Nuestra Señora del Rosario, en la avenida de Cuauhtemoc), un David de Miguel Ángel impostor que se ancla en el centro de la plaza de Río de Janeiro (3) y la réplica negra de La Cibeles (4) (es de bronce, no de mármol como la de Madrid), que se encuentra en la antigua glorieta de Miravalle.

11.00 Los mejores tamales

Hospédese en La Casona (5) (avenida de Durango), que está en la frontera de la Condesa con la Roma. Si puede, pida la habitación azul donde se hospedó Natalie Portman. Así sabrá en qué consiste cruzar la frontera. Deje atrás los restos del antiguo hipódromo, pase de puntillas por los parques de México (6) y de España (7), y entre despacio. Verá que es otro país. También puede hospedarse en el hotel Brick (8) (Orizaba, 95), pero si por la noche escucha ruidos metálicos, no se asuste, en otros tiempos aquello era una cerrajería. Lo podrá notar en sus escalones tapizados con antiguas llaves incrustadas en el cemento. Sus clientes más asiduos fueron Jack Kerouac y William Burroughs. Una llave por cada borrachera, más o menos. No se detenga. Levántese temprano. Asuma la actitud del detective salvaje y empiece su recorrido por la calle de Colima. Si puede, desayune en el Café de Raíz (9) y pregunte por Pola Carballo; le aseguro que probará los mejores tamales de toda su vida (Mérida, 132 bis).

12.00 Un sillón para leer o besar

Empiece su extravío con la panza llena. Si pasea por la plaza de Río de Janeiro y tiene antojo de buscar más réplicas, deje la del David y entre a la galería OMR (10). Ahí descubrirá una exposición de pinturas falsificadas. Lo original está en el anverso de los cuadros expuestos. Verá los autógrafos apócrifos o la palabra "falso" escrita de puño y letra de Leonora Carrington, entre otros. Al salir, haga un alto. Siguiendo con la vena italiana, entre en el Café Toscanao (11) y escoja el sillón del fondo, comodísimo para leer el periódico o para besar. Al salir, gire a la derecha. Luego camine por Orizaba y llegue hasta la avenida de Álvaro Obregón, descubra una fila interminable de esculturas griegas, no se detenga en ninguna Venus. En el café librería (cafebrería) El Péndulo (12) podrá convertirse en paparazi y retratar a Salma Hayek revisando algún guion. En la Casa Lamm (13) tendrá la misma sensación que produce la Place des Vosgues, aunque la figura que aparecerá por ahí no será la de Víctor Hugo, sino la de Cassius Clay Lamm y su hijo Lewis, quienes formaron La Compañía de la Colonia Roma Sur, SA, junto con su socio Walter Orrin, el arquitecto Porfirio Díaz Jr. (hijo del dictador) y don Pedro Lascuráin, prohombre que también fue presidente de México durante 45 minutos. Los mismos que le tomará una ronda de billar en el Lucille - N. Al salir de ahí, usted se encontrará con la Casa Tibet y el salón de té Caravanserai empotrado en el mítico edifico Balmori. Déjelo para después de la comida.

14.00 Amaranto y dulce de leche

Han dado las dos. En lugar de comer en los restaurantes que hay en la plaza de Luis Cabrera, decida ir a la periferia romana. Pare de sufrir y busque a Marcos Rascón en su Peces (15) o pregunte por El Parnita (16) (Querétaro y Mérida), delicioso restaurante que ha convertido los tacos en un asunto de diseño, sin perder el origen y con porciones generosas. De postre pida amaranto y dulce de leche. De regreso, busque la tienda Chic By Accident (17) (Álvaro Obregón, 49), un laberinto dentro del laberinto donde se venden antigüedades del siglo XX. Después atrévase a preguntar por La Valise (18) (Zacatecas, 126), donde podrá encontrar libros únicos, pero también discos de vinilo, joyería inclasificable y objetos de deseo. La colonia Roma resumida en un escaparate.

19.00 Del mezcal al amanecer

Al caer la tarde, haga un alto y arranque pista en La Clandestina (19) (Álvaro Obregón, casi esquina con Sonora). Ahí podrá probar más de veinte tipos de mezcal, la bebida de los dioses. La maestra mezcalera Karla Moles y sus socios le atinaron a un espacio tan amable como original. Si le cuesta trabajo deducir dónde se encuentra, camine hacia la calle de Puebla y entre en el Covadonga (20). Ha llegado, viajero, a la meca de la vida cooltural de México. Alto. Puede terminar el día ahí y cenar una de las famosas tortas, pero también puede adentrarse en territorio nocturno. Si así lo decide, le recomiendo cenar en el Broka (21) . Y si el vino le ha encendido, váyase de fiesta. Mueva el cuerpo y entre en la zona peligrosa de una pista atascada de guerrilleros dandy y mujeres de caderas eficaces que se sueltan el pelo en el Mama Rumba (22) (Querétaro, 230). Eso y no otra cosa es salsa, y sudor, guerra y tensión. Ya es de madrugada. Si su cuerpo puede más, cruce la calle. Entonces escoja entre el Bull Pen y El Jacalito. Allí los travestis, los trasnochados, los burócratas poseídos por su poeta y las lolitas Pocahontas de la noche chilanga le ayudarán a cerrar con broche de oro un viaje que se le aparecerá en sueños muchas veces.

Ahora duerma. No olvide que tiene que abandonar la Roma antes de las doce de la mañana.

» Pablo Raphael es autor de La fábrica del lenguaje, S. A. (Anagrama).

La lonchería Olivia, en la colonia Roma de México DF.
La lonchería Olivia, en la colonia Roma de México DF.WENDY CONNETT / AGE
La reproducción de la madrileña fuente de La Cibeles en México DF.
La reproducción de la madrileña fuente de La Cibeles en México DF.Guillermo Montesinos / AGE
Plano de México DF.
Plano de México DF.JAVIER BELLOSO

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