Andarines sin sudor y con iPhone

Caminar entre las nieves perpetuas de los ochomiles de Nepal, como el imponente Annapurna, deleitarse con las panorámicas veraniegas del Valais suizo, incluido el perfil bueno del Matterhorn, o contar hasta 200 lagos de alta montaña desde alguno de los picos del pirenaico Parque Nacional de Aigüestores, no tiene por qué suponer una penitencia senderista de cuestas interminables, camisetas empapadas en sudor y ampollas en los pies.

Tres propuestas para andarines con ganas de montaña y esfuerzos moderados en Pirineos, Himalaya y Alpes suizos, país que celebra su Año del Senderismo con 32 rutas seleccionadas, y descargables en el iPhone, que mezclan senderos con aficiones aledañas y no menos espirituosas. Por ejemplo, enología en la región vitivinícola de Lavaux, Patrimonio de la Humanidad.

01 El iPhone como brújula

Ni ampollas ni sudores. Con 60.000 kilómetros de senderos señalizados y una cuidada selección de 32 rutas fáciles a lo largo y ancho del país, Suiza celebra su Año del Senderismo, dirigido especialmente a los andarines menos esforzados. Una colección de itinerarios sencillos para recorrer a pie y sin sudores los escenarios más atractivos del paisaje helvético, y con el iPhone como brújula. Todos los recorridos son fácilmente descargables con el terminal de Apple, evitan desplegar engorrosos mapas

Sólo en torno a Zermatt la red de senderos marcados supera los 400 kilómetros. La Ruta de los lagos, que parte desde este idílico pueblo del Valais, propone bordear las aguas del Stelli, Grindje y Grüen en dos horas de relajado recorrido hasta Riffelalp, a 2.211 metros de altitud, siempre con el perfil bueno del Matterhorn a la vista.

Los senderistas con inquietudes aledañas cuentan con enormes posibilidades gracias a esta selección de senderos, que combina excursionismo con otras aficiones, tanto espirituales como y espirituosas. Desde la Ruta jacobea entre Schwarzenburg y Friburgo, a través de la denominada Via Jacobi, hasta el recorrido enoturístico del sendero Rebenweg para andarines sibaritas: tres horas desde St. Saphorin hasta Lutry por los bancales de Lavaux, espectacular región vitivinícola declarada Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO, que mezclan panorámicas sobre lago Lemán con degustaciones en las tascas locales.

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02 Diez años de 'Carros de foc'

Una caminata diaria para charlar con los guardas de los refugios de montaña vecinos derivó en uno de los recorridos senderistas más estéticos del Pirineo catalán, el que recorre la exquisitez paisajística del Parque Nacional de Aigües Tortes i Estany de Sant Maurici. La ruta conecta las comarcas del Pallars, Alta Ribagorça y Val d'Arán Aran, fue bautizada como 'Carros de Foc' (el porqué es otra historia) y se convirtió en una célebre carrera de montaña, que celebra ahora diez años de historia. Pero sobre todo es la mejor formar de conocer y disfrutar la espectacular riqueza natural de este paraje natural.

'Carros de foc' propone una travesía circular entre cinco y siete días de duración, que recorre toda la extensión del parque y une los nueve refugios guardados que hay dentro. Un buen punto de inicio es el propio Estany de Sant Mauric, cercano al acceso al parque por la localidad ilerdense de Espot, y situado bajo las cimas gemelas de Les Encantats, espigadas agujas con leyenda incluida: la que cuenta cómo dos cazadores locales quedaron convertidos en piedra (encantats) en lo alto de la montaña por salir a la búsqueda de rebecos en lugar de acudir a la misa dominical.

La ruta, medianamente exigente (9.200 metros de desnivel acumulado en 55 kilómetros de distancia siempre por terreno de alta montaña), no tiene por qué limitarse a la caminata entre refugios. Merece la pena incluir la ascensión a alguna de las puntas pirenaicas que jalonan el recorrido, para comprobar desde arriba por qué el agua es protagonista en esta reserva, que acumula cerca de 200 lagos, o estanys, de montaña. Por ejemplo, desde la cima del Tuc de Saboredo (2.834 metros), accesible desde el refugio Amitges.

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03 Alrededor del Annapurna

Un salto al Himalaya, pero sin apuros. El Trekking de los Annapurnas permite adentrarse en la enormidad y belleza de los paisajes de Nepal y sus grandes montañas con un recorrido sin demasiadas dificultades técnicas y aderezado con el picante de la altitud. La ruta circular que rodea este macizo gigante implica entre 12 y 16 días de caminata. La recompensa es un privilegiado y continuo mirador hacia las nieves perpetuas del Annapurna.

Desde las blancas e inabarcables paredes de la cara sur, donde un equipo británico liderado por Chris Bonington inició en 1970 el himalayismo de gran dificultad, hasta el Glaciar de la Hoz, que secciona su ladera norte. Un corte semicircular que impone por su aspecto y por las avalanchas que escupe, barriendo, con escalofriante asiduidad, la ruta francesa por la que Maurice Herzog y Louis Lachenal coronaron por primera vez la cima de un ochomil en 1950. Además, la ruta regala panorámicas de dos ochomiles más, Manaslu y Dhaulagiri.

El pueblo de Besisahar marca el inicio del trekking, que alcanza su momento más peliagudo en el paso de Thorong La: un collado situado a 5.415 metros de altura. Se trata del punto más alto de la ruta y suele afrontarse después de pasar una o dos noches de aclimatación en pueblo de Manang, que permiten adaptar el organismo al enrarecido aire que se respira a dicha altitud. El prolongado descenso posterior también pasa por Muktinah, un importante centro de peregrinación budista e hinduista.

www.vsanga.com