Próxima estación, el techo de Europa
Una panorámica desde Jungfraujoch, la estación de tren más alta del continente, 200 kilómetros para esquiar o una ruta nocturna con raquetas en el valle suizo de Grindelwald
No hace falta ser alpinista para subir a las faldas de la Jungfrau. Basta con subirse a un tren que atraviesa literalmente dos montañas hasta ubicarse bajo la cumbre de la doncella de Grindelwald. Dice la leyenda que un monje la salvó de las garras de un horrible ogro. Un cuento casi modélico, porque los personajes son en realidad tres mastodontes de 4.000 metros de altitud cubiertos de hielo y nieve. El inquietante Eiger (el ogro), el sólido Mönch (el monje) y la esbelta cima de la Jungfrau (la doncella).
Este espectacular tres en raya alpino contemplan cada día quienes visitan Grindelwald, pueblo del Oberland bernés suizo que despliega un auténtico paraíso para una escapada invernal. La propuesta es amplia y variada: descensos kilométricos para esquiadores, rutas en trineo, spa y relax con las mejores vistas e incursiones nocturnas con raquetas por bosques cubiertos de nieve.
16 años bajo la montaña
Un vídeo en blanco y negro a bordo del Jungfraubahnen revela cómo se concibió y construyó este impresionante tren cremallera, que recorre las entrañas del Eiger y el Mönch hasta alcanzar los 3.454 metros, bajo la misma cima de la Jungfrau. Casi centenaria, la línea férrea fue horadada literalmente en la montaña. Una década y media de obras, cerca de 300 trabajadores y tres turnos diarios, seis días a la semana. Fuese verano o invierno.
Inaugurada en 1912, tenía como destino final la misma cima de la Jungfrau. Afortunadamente, se decidió reservar la cima a los alpinistas y finalizar el trayecto turístico en la Jungfraujoch, la estación ferroviaria más alta del continente. Dos restaurantes (Eiger y Bollywood), un palacio de hielo excavado en el glaciar y un centro de observación meteorológica con mirador panorámico: hacia un lado la inmensidad del Aletschgletscher, el glaciar más largo de Europa (23 kilómetros y 900 metros de profundidad), esquiable en verano; hacia el otro, en los días claros, la vista alcanza Interlaken, la Selva Negra y hasta el Mont Blanc.
Prohibido embalarse
Un cartel bien visible lo deja claro: prohibido esquiar a más de 30 kilómetros por hora. First, la más cercana de las tres estaciones accesibles desde Grindelwald, tiene una pista con límite real de velocidad para que los principiantes puedan disfrutar sin agobios del Oberjoch, su zona más alta. Caldeada por el sol, First regala nieve polvo de gran calidad (el termómetro rara vez sube de cero grados), pistas amplias de sinuoso recorrido entre picos superiores a 2.500 metros, un snowpark con amplias posibilidades para saltos y acrobacias, y la omnipresente e hipnótica panorámica del espectacular murallón que forman el Eiger, el Mönch y la Jungfrau.
Literalmente bajo la Eigerwand, la estación de Kleine Scheidegg cuenta con descensos que superan los 10 kilómetros de recorrido. Con menos sol, resulta más propicia para primavera, y junto al tercer dominio de Mürren, completa los más de 200 kilómetros esquiables de la región de Jungfrau.
'Raclette' y raquetas
Un paseo nocturno con raquetas de nieve desafía el tradicional horario suizo. Cuando aparece Hans (guía de la agencia Brunner's) todo está oscuro y nieva ligeramente sobre Grindelwald. Media hora de ascenso en autobús después, y bajo la escueta luz de las linternas frontales, comienza un recorrido mágico entre los bosques inferiores del Rötihonr, pico de 2.681 metros de altura, con las luces de Grindelwald al fondo del valle.
La ruta incluye una parada muy especial: Glühwein (vino caliente) y raclette para reponer energías en una pequeña cabaña de madera, que antiguamente almacenaba este típico queso suizo. Una velada deliciosa cortesía de Rolf, propietario del aledaño restaurante Rasthysi, ubicado a 1.560 metros en plena montaña. De nuevo sobre la nieve el recorrido regresa a Grindelwald, pueblo ya silencioso cuando el reloj marca media noche.
Un spa municipal
Clases de natación escolares en la piscina, turistas en el spa. El Sportzentrum de Grindelwald compagina su día a día como centro deportivo municipal, con el disfrute turístico de sus acogedoras instalaciones termales.
Cuando el mal tiempo arrecia fuera o el cuerpo pide descanso y relax, la oferta es tan variada como algo insólita: del clásico centro wellness con piscina climatizada, jacuzzi y sauna, hasta una pista de hielo para iniciarse en el curling, un rocódromo repleto de presas de colores para escalar bajo techo o las distracciones del seilpark (www.indoorseilpark.ch), un mini parque de recreo aéreo donde todas las atracciones se realizan colgando de una cuerda.
www.sportzentrum-grindelwald.ch
GUÍA
Cómo llegar
Swiss ofrece vuelos diarios a Zurich desde Barcelona, Madrid, Málaga, Palma de Mallorca y Valencia a partir de 183 euros (precio final), así como a Ginebra (54 euros) y Basilea desde Barcelona. Además permite transportar gratuitamente un equipo deportivo de invierno (esquís o tabla de snowboard, botas y bastones) por cada pasajero. Información y reservas en el 901 11 67 12 y www.swiss.com/spain
Dormir
Hotel Belvedere (Grindelwald - +41 (0) 33 - 888 99 99). Centenario y junto a la estación de tren de Grindelwald, cuenta con su propio centro de wellness (piscina climatizada, jacuzzi, servicio de masajes y sauna). www.belvedere-grindelwald.ch
Comer
- Restaurante Rasthysi (Grindelwald - +41 078 789 34 21).
- Gespsi Bar. Un animado punto de encuentro para picar algo cuando termina la jornada de esquí. www.eiger-grindelwald.ch
Información
- Turismo de Suiza. 00 800 100 200 30 (llamada gratuita y atendida en castellano) y www.myswitzerland.com
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