Entre pueblos sumergidos y casitas de papel
Ruta de turismo rural por Castilla y León, repleto de paraísos naturales, castillos de leyenda, deliciosa gastronomía local y alojamientos con encanto, gracias a las propuestas de los lectores
La ruta comienza en las comarcas y valles conocidos bajo el nombre de la Montaña Palentina, al norte de esta provincia. La riqueza de sus paisajes puede disfrutarse con varias rutas y miradores. Maria Liébana escoge una: "En la ruta por Fuentes Carrionas encontraremos los más altos picos de la Montaña Palentina: el Curavacas (2.525 m), el Espigüete (2.450 m) y Las Lomas (con 2.451 m). El nombre a esta zona se lo da el Río Carrión, que nace en la Laguna de Fuentes Carrionas".
Posteriormente, esta lectora aconseja visitar la villa de Guardo y "visitar el Valle de San Quirce o el Alto de Torales, admirando la belleza del paisaje y muchas otras villas éstas cargadas de leyendas, arquitectura popular, fiestas y rica gastronomía, contando todas ellas con el marco incomparable del paisaje de montaña".
Casitas de papel en Ampudia
Todavía en Palencia, José Antonio Aguilar recomienda parada y fonda en Ampudia, "un precioso pueblo, asombroso por su monumentalidad". El Castillo, su iglesia y la torre esbelta y bella, el Museo de Arte Sacro, Alconada, sus calles y gentes, así como unos soportales que recuerdan la tranquilidad de otras épocas... Y en ellos, Antonio elige Las Casitas de Papel para el mejor descanso."Decoración esmerada, cálido y acogedor, todas las comodidades y no les falta detalle. Ni vistas: "además de ver el Castillo y la Torre, se ve un patio con porche que para el verano es una gozada. El ático tiene unas vistas y una terraza alucinantes. Francamente recomendables".
Sanabria todo el año
Joan Rodig también propone disfrutar de la naturaleza en el Parque Natural del Lago de Sanabria (provincia de Zamora) y alrededores. Es "el conjunto lagunar de origen glaciar más importante de la península", explica, y califica de "imprescindibles sus sendas y sobre todo sus caminos tradicionales, al alcance de cualquiera y en cualquier época. Sobre todo en otoño, "una sinfonía de ocres bañada por una luz inolvidable. Cobreros, Trefacio, Puebla, San Martín de Castañeda... cada pequeño pueblo tiene su historia y su lugar para perderse".
Arribes del Duero
"Uno de los viajes más gratificantes que he realizado", asegura Ana Espejo de los Arribes del Duero. Concretamente, sugiere "cruzar al país vecino y coger un barco en Miranda do Douro para realizar una travesía por el río. Durante el trayecto os contarán historias sobre el estraperlo y el lobo... No os lo perdáis".
La Peña de Francia
Las alturas y las bellas panorámicas tienen un paraíso en La Alberca, provincia de Salamanca, "pueblo que parece sacado de un cuento" según Maria Becerra, quien se define como "una viajera compulsiva". Esta lectora, propone "comprar embutido, está exquisito", y si todavía hay tiempo, "conocer Miranda del Castañar, San Martín del Castañar y Mogarraz".
Descanso en Barco de Ávila
En medio de un paraje de incalculable belleza, alejado de todo, Rosa Guerra propone una noche encantadora en el Hotel Puerta de Gredos, donde se "han rehabilitado antiguas dependencias como establos o graneros" y "la planta de arriba está abuhardillada, con vistas a unas dehesas impresionantes". Tras el descanso, la lectora aconseja alimentar el espíritu en los numerosos pueblecitos, "donde comer bien", alrededor de Barco de Ávila, y relajarse después en el spa del hotel, "en un jacuzzi a 42 grados de temperatura mientras ves como está nevando por los ventanales"
Soria desconocida... y sorprendente
Que Soria sea una de esas provincias olvidadas le permite, según Javier López, "esconde rincones desconocidos y sorprendentes". Este lector recomienda perderse unos días sin prisa por "La Laguna Negra y El Cañón del Río Lobos (no por conocidas dejan de sorprender), y también por Castroviejo, lugar de rodajes de western". Además, "por recomendarlo El Viajero", aclara, descubrió la casa de La Vieja Chimenea: "no es habitual encontrar un moderno y pequeño spa y una antigua chimenea en un pequeño alojamiento". Un detalle más de esta Soria desconocida y sorprendente que recomienda, "amable con el viajero".
Todavía en tierra soriana, María Becerra añade una visita al Embalse de la Cuerda del Pozo, pues "en ápoca de sequía se pueden ver restos del pueblo de La Muedra, sumergido en esta agua". También en clave acuática, recomienda visitar "la Laguna de la Fuentona, de aguas cristalinas y profundas, el sabinar de Calatañazor, con bosque de sabinas muy bien conservado, y visita obligada a Calatañazor, pueblo medieval muy bonito". Lo mejor, para ella, que "todos estos parajes están en un radio de 30 o 40 kms". Y para terminar, Soria capital, "la ciudad de los poetas, con su románico, su Duero, su gastronomía, su cultura... y sin olvidar su Parador Nacional".
Semana de las setas
El recorrido retorna a tierras palentinas, ya que Mar Vilaramos aconseja escaparse, a principios de noviembre a la Semanas de las setas, y degustar semejante manjar "en restaurantes como Casa Lucio o el restaurante La Traserilla, que participan en la recogida, y servirán sus mejores platos en base a este ingrediente". Y para acompañar, las posibilidades son amplias: "las famosas sopas de ajo, cordero asado o menestra, especialidades de la zona". Mar aporta otros reclamos, además del gastronómico, como entrar en la catedral "a la que laman la Bella Desconocida", visitar la Casa del Cordón y su colección de objetos celtíberos, y sobre todo, "no dejar de ver la Iglesia de San Miguel, con una torre del siglo XIII".
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