Rajastán, la región dorada de los marajás
Templos, palacios, bazares, coloridas calles, 'ghats' y amplias sonrisas se esconden entre las misteriosas y estrechas calles del oeste de la India
Un recorrido con los cinco sentidos por el enigmático estado de Rajastán, al oeste de la India, donde el esplendor de sus monumentos no eclipsa la pobreza de sus pueblos.
La capital rosada
Jaipur, una de las ciudades más importantes de Rajastán en el que la pobreza de sus calles convive en perfecta armonía con los edificios históricos del City Palace. Este complejo de varios edificios alberga siglos de historia representados por trajes, telas, manuscritos, armas y otros objetos entre los que destacan las urnas de plata situadas en el Diwa-i-Khas que sirvieron a Madho Siggh II, a principios del siglo XX, para transportar agua del Ganges a Londres. Enfrente se sitúa la entrada al patio de los amantes, cuya decoración evoca a la vez romanticismo y erotismo. Por desgracia el palacio en sí, el Chadra Mahal, se encuentra cerrado al público.
Fuera de este recinto y a pocos metros se levantan las espectaculares instrumentos de astronomía en el Jantar Mantar. Existen cinco observatorios por la India, no obstante este es el más grande. Construido en la primera mitad del siglo XVIII, los 16 elementos que se encuentran en el interior sorprenden por sus dimensiones, sobre todo, el Samrat Yantra, de 23 metros de alto.
Fuera del caso histórico, en la zona de Badi Chaupar se alza en plan calle uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad, el Hawa Mahal o Palacio de los Vientos. Merece la pena fotografiarlo desde fuera, no tanto pagar la entrada para ver su interior. En esa misma calle se extienden un curioso bazar textil y de joyas en los que empezar a regatear.
Otros puntos de interés a las afueras de la ciudad son el Jal Mahal, un palacio que parece flotar sobre las aguas; el Amber Fort, una inmensa ciudadela coronada en una montaña cuyo interior sorprende por su majestuosidad y las vistas que ofrece la zona.
Una ciudad teñida de azul
Con empinadas y estrechas calles, Jodhpur conserva los aires de una ciudad que fue parte de la ruta comercial de Asia. Para observar la ciudad, nada mejor que dirigirse Mehrangarh Fort, que data del siglo XV, donde el azul de sus casas parece desplegarse como un manto. Además, en su interior se pueden visitar varias salas del palacio como el Takhat Mahal, donde el marajá se retiraba con sus 30 reinas y sus numerosas concubinas; la dorada sala de recepciones, Phool ; o la sala de audiencias privadas llena de espejos en el techo, Moti .
Otro de los palacios a visitar, a pesar de que parte de él haya sido convertido en un lujoso hotel, es el Umaid Bawhan. Aparte de un museo con una gran muestra de armas, una parte sigue siendo la residencia del nieto del marajá que lo ordenó construir. Imprescindible también una visita al Maha Mandir. Este templo de mármol está decorado con figuras que representan distintas posturas de Yoga.
Plata, especias, títeres, camellos y tatuajes de henna forman parte del bullicioso Sardar Bazar en torno a la Torre del Reloj. En uno de los lados se encuentra una zona en la que los habitantes de la ciudad compran sus alimentos. Pocos turistas se adentran pero es un lugar perfecto para comprar los mejores productos y tés a precios de risa.
Entre lo espiritual y lo comercial
La vida transcurre pacíficamente en los ghats que rodean el lago de Pushkar mientras que al salir de ellos el ruidoso ir y venir de las bicicletas y comerciantes despierta al viajero. Y es que en esta localidad la actividad social se mueve con la religiosa. Por ello, al salir por cualquiera de las puertas sagradas y templos que rodean el lago, la calle se llena de luces de los bazares, restaurantes callejeros y gente en la calle tomando un chai-te.
Monos, vacas, personas bañándose y religiosos que realizan rituales. Sin embargo, la calma reina alrededor de la verdosa agua y de sus blancas escaleras desde las que se observan los numerosos templos. Y es que Pushkar es uno de los puntos de peregrinación en el que se alzan varios como el de Brahma (deidad creadora en el hinduismo) que atrae a turistas y devotos, así como el de la esposa del mismo, Savitri situado en una colina detrás.
Las doradas havelis
Situada en pleno desierto del Thar, Jaisalmer conserva su pasado como ciudad de oro gracias a las conocidas havelis (viviendas típicas de Rajastán) como la de Salim Sighs, Nathmalji y Pawton cuyas fachadas de piedra dorada se encuentran decorados finamente como si se tratase de encaje.
También Fuerte de de la ciudad alberga en su interior grandes ejemplos de arquitectura como los templos jainistas, cuya decoración interior están llenas de azulejos y pinturas florales, y en el exterior, la plaza presidida por un trono de mármol.
Jaisalmer ofrece a los más aventureros la oportunidad de hacer una ruta por el desierto en camello, así como una degustación de alimentos a base de un derivado de la marihuana, el Bhang -legalizada sólo en este formato y en esta ciudad- como los que venden en el Bhang Shop (Gopa Chowk): lassi, una especie de yogur líquido natural o de frutas, zumos, galletas y tartas.
Rodeado de verdes colinas
Ranakpur, una pequeña localidad situada en un apartado valle de los montes Aravali es el lugar idóneo para relajarse del caos típico de las ciudades. En plena naturaleza se levanta uno de los templos sagrados más importantes del jainismo, el Adinath. Con una extensa decoración interior -más de 1400 pilares con decoraciones florales y figuras de nichos diferentes- y una fachada exterior sencilla, este templo se alza frente a unos cuidados jardines en los que, tras el recorrido inicial, destaca el verde de su vegetación. Y es que este lugar es ejemplo de la religión que profesa la insignificancia de la apariencia externa frente a la importancia de una rica vida interior.
Aguas de mármol blanco
Udaipur, una ciudad donde tradición y modernidad se encuentran en cada rincón, destaca por los majestuosos palacios de mármol que parecen flotar como el de Jag Nivas o Jag Mandir en Pichola. Muy cerca se halla en la orilla el City Palace en el que se combinan el estilo militar rajput y la decoración mongol. Murallas, balcones, cúpulas y torreones conforman el palacio más grande de Rajastán.
En este último punto de la ruta por Rajastán se encuentra el templo de Jagdish Mandir por cuyas escaleras se asientan decenas de Shadus (ascetas hindúes o monjes que siguen el camino de la penitencia y la austeridad para obtener la iluminación).
En unas estrechas callejuelas muy próximas al templo se abren paso los bazares de Bapu y Bara en los que se pueden comprar juguetes de madera, joyas, marionetas típicas, y diversos tejidos.
¿Has estado en la India? Comparte tus fotos con otros lectores y manda tus recomendaciones
GUÍA PRÁCTICA
Dónde dormir
-Jaipur: Pearl Palace (Ajmer Road). Teléfono: 0091 141 237 37 00. Web: www.hotelpearlpalace.com. Precio habitación doble: 500-600 rupias (10-12 euros). Merece la pena tomar el desayuno en su terraza de la planta superior donde al caer el sol suele haber música tradicional en directo.
- Jodhpur: The Blue House (Sumer-Bhawan, Moti Chowk). Tel.: 0091 291 262 13 96. Web: www.bluehousejodhpur.com. Precio: A partir de las 700 rupias (15 euros), según la planta que se escoja del edificio suben las tarifas. Cuenta con una terraza en la planta superior con vistas al fuerte.
- Pushkar: White House (Pushkar Sarovar). Tel.: 0091 145 277 21 47. Precio: Entre 400 y 500 rupias (8-10 euros). Ambiente familiar y buen servicio.
-Jaisalmer: Shashi Palace (Shiv road). Tel.: 0091 299 225 42 93. Web: www.shahipalacehotel.com. Precio: Desde 600 rupias (12 euros).
-Udaipur: Kumbha Palace (Bhattiyani Chohatta, 104). Tel.: 0091 982 805 95 05. Web: www.hotelkumbhapalace.com. Precio: De 300 a 500 rupias (entre 6 y 10 euros). terraza en la planta superior con vistas a la ciudad y un jardín donde también se puede desayunar bajo la gran muralla del City Palace.
Dónde comer
Hay que tener en cuenta que la mayoría de ciudades de Rajastán son vegetarianas aunque algunos restaurantes turísticos si ofrecen productos cárnicos.
-Jaipur: Parampara (Amer road). Tel.: 0091 141 517 10 46. Lo mejor es su laal mas, cordero picante. Eso sí, conviene tomar de postre los famosos lassis para evitar el ardor de estómago. Precio: 300 rupias aproximadamente (6 euros).
- Jodhpur: Mid Town (Shanti Bawan). Tel.: 0091 291 263 70 01. En este restaurante se puede degustar el típico Thali (significa bandeja) de Rajastán compuesto por pan de chilla, buñuelos y curry gatta kadhi elaborado con harina de lentejas y de verduras, maíz y quingombó. Precio: Entre 150 y 300 rupias (3-6 euros).
- Pushkar: Om Shiva (Terraza del Hotel VK Tourist). Tel.: 0091 145 510 50 45. Con unas excelentes vistas de la ciudad se puede degustar un bufé a mediodía por 50 rupias (75 céntimos de euro) y de noche 80 rupias (1.20 euros). Comida vegetariana entre la que destacan el arroz Zira y el Vegetable eggplant, un vegetal que se cultiva como la patata o el tomate, típico de esta zona de la India.
-Jaisalmer: Surya (Kotri Para). Tel.: 0091 299 225 06 47. Tanto en su soleado balcón como en el interior con mesas bajas, sentado sobre cojines, este haveli ofrece un buen servicio y una comida vegetariana (incluye huevos) amenizada con la música en directo tradicional de la zona. Un placer para los cinco sentidos a partir de las 300 rupias (6 euros).
-Udaipur: Jawat Niwas (Lal Ghat). Tel.: 0091 294 242 28 60. Esta terraza es perfecta para cenas ya que se ilumina el palacio del lago Pichola. Para los que quieran tomarse un respiro de la cocina hindú, existe también en la carta platos occidentales. Precio: Entre 150 y 300 rupias (3-6 euros).
Más información
- Web de Turismo del Gobierno de la India www.incredibleindia.org/.
- El visado hay que solicitarlo en la Embajada de la India en España (Avenida Pío XII, 30. Madrid) o a través de su web www.embassyindia.es Teléfono: 91 309 88 70.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.