La Costa Azul más pintoresca con Gérard Jugnot

Entramos en dos paraísos, afortunadamente protegidos, en la tierra. Bueno, concretamente en el mar, porque el destino son dos hermosas islas ubicadas en la región francesa de Hyères, en plena Costa Azul. Porquerolles y Port Cros son el refugio particular del conocido actor francés Gérard Jugnot, su retiro predilecto tras rodajes y sus numerosos viajes por el mundo.

El protagonista de París, París, estrenada recientemente, no tiene dudas sobre por qué este archipiélago puede ser fuente de inspiración para cualquier artista: "la luz que inunda el lugar y sus playas, se asemejan increíblemente a los cuadros de Joaquín Sorolla".

Belleza protegida

Jugnot cuenta que" tanto el mar como la fauna están protegidas". Y es que está fuertemente regulada la edificación en estas islas, debido a que, en el caso de Port Cros, la más pequeña, se trata además de una reserva natural. Por ello, el protagonista de Los chicos del coro invita orgulloso a los viajeros a practicar submarinismo en esta zona y apreciar así toda la magia de este increíble y bello lugar. Un incentivo inicial: "según se te vas acercando en barco -no existe otra forma de llegar a la isla- el olor a eucaliptos y la serenidad te invaden poco a poco".

Para el actor "el entorno lo dice todo" en este paraje. "Es como estar en una obra impresionista que transmite tranquilidad", aunque haya que hacer frente a continuas subidas y bajadas por sus montañas. Un ejercicio necesario para recorrer su geografía a pie, y apreciar al máximo toda su belleza como recompensa. Después, se puede redondear la visita alojándose, por consejo de Jugnot, en Le Manoir, un pequeño hotel donde parece que el tiempo se ha detenido.

Adiós al coche

Porquerolles es la isla más grande de las tres que hay en Hyères, y suele llenarse de turistas durante el día. Jugnot aclara que "muchos barcos vienen por la mañana y regresan por la noche en verano", por lo que sugiere viajar mejor fuera de temporada, e ir acompañado de la familia. La ausencia de tráfico en la isla, sumado a su reducido tamaño, permiten a padres y niños campar a sus anchas y disfrutar de unas verdaderas vacaciones.

Otro de los grandes atractivos de la isla se encuentra embotellado. Como otras muchas regiones del país galo, Hyères también es tierra vinícola, y entre sus caldos, Jugnot se queda con "el rosado y el blanco". Y es que con sólo asomarse a la ventana y comprobar el paisaje se puede tener una idea de los principales recursos económicos del islote: múltiples viñas, olivos y unas hermosas playas, que atraen a los turistas, bajo el amparo de, como nos pinta Gerard, "un suave sol que no se puede encontrar en ciudades como París".

Para moverse por Porquerolles nada mejor que alquilarse una bicicleta o simplemente caminar. Y para hospedarse el Mas du Langoustier es una "apuesta segura" para el actor francés. De hecho, en su restaurante podremos degustar, además, los mejores platos y vinos de la zona. Mejor imposible.