De turismo por Zamboanga, con escolta policial
Ruta de riesgo por la isla filipina de Mindanao, la más peligrosa del apacible archipiélago asiático
"Procedimiento Operativo Estándar" es el eufemismo que utilizan las autoridades de Zamboanga, en Mindanao, para obligar a los turistas a ir escoltados por policías durante su estancia en la ciudad, que presume de ser la única con verdadero sabor latino en toda Asia.
Antaño conocida como "el orgullo de Mindanao" y hoy más popular por ser el lugar donde se fecha la mayoría de las noticias sobre el conflicto con la guerrilla musulmana, Zamboanga es una de las zonas de Filipinas donde las embajadas recomiendan encarecidamente no viajar.
Agentes de la policía turística zamboangueña sorprenden a los visitantes en los accesos a las principales atracciones turísticas, como el poblado palafítico de Río Hondo.
Apostados en el puente que da acceso a este depauperado barrio construido sobre el mar, en el que moran unos 70.000 musulmanes, los gendarmes avisan a los foráneos de que su escolta es obligatoria por cuestiones de seguridad.
El mismo procedimiento, en esta ocasión dos uniformados provistos con metralletas y vestidos con agujereados chalecos antibalas, aguarda camino de la isla de Santa Cruz, famosa por su desierta playa de arena rosa.
"Sólo tratamos de que su estancia sea especial, de darles el mejor trato posible y evitar que suceda algo inesperado", explica Sarita Sebastian, directora de la oficina de Turismo, quien se esfuerza por destacar los encantos gastronómicos y culturales de esta ciudad de 750.000 habitantes donde se habla el chabacano, un dialecto criollo del español.
Escalada de violencia
La escalada de la violencia desatada tras la paralización de las negociaciones de paz entre la organización separatista musulmana Frente Moro de Liberación Islámica y el Gobierno, el pasado agosto, ha afectado directamente a la débil industria turística del lugar, incapaz de competir con la impopularidad de los secuestros y los atentados.
Los datos oficiales constatan que 311.115 personas visitaron la ciudad el año pasado, 14.000 más que en el ejercicio anterior. En cambio, en el primer trimestre de 2008, 70.000 extranjeros pasaron por Zamboanga, un 10% menos que en el mismo periodo de 2007.
En la Oficina de la Policía Turística aseguran que en agosto no atendieron más que a un centenar de visitantes. "Las advertencias de los consulados europeos y estadounidenses,
desanimando a sus ciudadanos a venir a esta zona nos han hecho mucho daño", explica un portavoz de la policía turística, que cuenta con unos 20 agentes desde que comenzó a funcionar, en 2002, junto al hotel Lantaka, el más antiguo de la urbe.
"Zamboanga es una ciudad segura y llena de encanto. No ha ocurrido nada grave a ningún turista desde que se creó la oficina. Además, existen centros de este tipo en otros lugares del país como, por ejemplo, el monte Pinatubo", afirma la fuente para restar importancia a la situación.
Noticias como el secuestro del misionero italiano Giancarlo Bossi en un pueblo de la península de Zamboanga, en junio de 2007, no contribuyen a la buena fama de la población, que celebra este mes el festival Hermosa, en honor de la virgen del Pilar, al igual que la ciudad española con la que está hermanada: Zaragoza.
Así, pese a los esfuerzos de los zamboangueños por publicitar su festival estrella, es poco probable que masas de turistas acudan a la cita y escuchen su himno en chabacano: "Zamboanga, hermosa preciosa perlita, orgullo de Mindanao. Sus bellas dalagas son las que hermosean tu deliciosa ciudad".
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