El ruido humano perturba la vida submarina

Delfines en el norte del Mar Adriático, vistos frente a la costa de Rimini, Italia. En este país y en Croacia existen grandes poblaciones de distintas variedades de estos cetáceos, pero algunas están disminuyendo. Es el caso de los delfines nariz de botella (Tursiops truncatus), presentes en aguas croatas. Una de las causas es la presencia cada vez mayor de barcos turísticos de recreo que frecuentan las aguas de las islas en verano: el tráfico de embarcaciones representa una amenaza para la seguridad física de estos cetáceos, si bien también provoca una perturbación más difícil de detectar, pero no menos peligrosa: el ruido. Los delfines dependen del sonido para muchas funciones importantes: la navegación, la comunicación, la búsqueda de alimento, la exploración de su entorno y la percepción de amenazas. Cuando el ruido de origen humano está presente en su hábitat, enmascara los emitidos o percibidos por ellos, lo cual merma la eficacia de su oído y, en consecuencia, su capacidad de usar esas sonoridades para sus funciones correspondiente.Fundación Cetácea

El equipo de buceo Gianneri de Rímini (Italia) recupera un hidrófono del programa europeo Interreg-Soundscape controlado por la ONG Fundación Cetácea. Entre 2019 y junio de 2021 se desarrolló en el norte del Adriático esta iniciativa ítalo-croata para estudiar los paisajes sonoros en el norte del mar Adriático y su impacto en los recursos biológicos marinos. Su objetivo era aumentar el conocimiento de la contaminación acústica de origen humano en el mencionado mar y proporcionar elementos útiles para la creación de un plan de gestión del problema. El aparato graba sin interrupción los sonidos del mar durante unos tres meses. Pasado ese tiempo, se recoge, se limpia de incrustaciones y se descargan los datos. Cuando las tarjetas de memoria se han vaciado, se vuelve a montar y a sumergir para los siguientes tres meses de toma de muestras. El objetivo es estudiar el impacto del ruido subacuático, principalmente el de origen humano, en los organismos vivos.Elisabetta Zavoli

Azalea B es una de las seis plataformas de extracción de gas diseminadas a unos 15 kilómetros de la costa de Rímini (Italia). Un hidrófono del proyecto Soundscape-Interreg, controlado por la ONG Fundación Cetácea, se situó en esta zona a una profundidad de 20 metros. Se ha observado que una alta densidad de tráfico marítimo provoca cambios en el comportamiento de los delfines. La velocidad media de los desplazamientos es mayor, y los animales se mueven continuamente en perjuicio de las paradas, útiles para nutrir su compleja vida social.Elisabetta Zavoli

Fantina Madricardo, doctora en física e investigadora del Consejo Nacional de Investigación en el Instituto de Ciencias Marinas: “Gracias a los muestreos realizados las 24 horas del día durante todo un año, podemos elaborar por primera vez un mapa detallado del ruido submarino en la zona. Nos permitirán tener una imagen más clara del paisaje sonoro submarino y adquirir nuevos conocimientos sobre las consecuencias del ruido de origen antrópico sobre las especies que habitan el Adriático, en particular de los grupos objeto del proyecto: los delfines nariz de botella y las tortugas”.

Los delfines viven muy cerca de la plataforma Azalea B. Por una afortunada coincidencia, la recogida de muestras de Soundscape empezó junto antes de que se declarara la emergencia por la covid-19, por lo cual los hidrófonos pudieron registrar una situación casi irrepetible de silencio antrópico durante un periodo en el que la actividad humana se redujo al mínimo.Fundación Cetácea

Unos turistas toman fotografías de una tortuga marina liberada en una playa cercana al centro de recuperación del Instituto Mundo Azul en Veli Losinj. La recuperación de las tortugas marinas, perjudicadas por las actividades del ser humano, es una de las actividades de BWI junto con las investigaciones sobre delfines poblaciones en el archipiélago de Losinj. Croacia, 16 de junio de 2021.Elisabetta Zavoli

Unos investigadores dan la bienvenida a los turistas en el centro de recuperación de tortugas marinas del Blue World Institute en Veli Losinj. Elisabetta Zavoli

Al amanecer, los barcos de pesca de arrastre descargan sus capturas en el Mercado Pesquero de Chioggia, uno de los mayores del norte del mar Adriático. Venecia, Italia, 7 de julio de 2016. Los pesqueros son una de las fuentes más frecuentes y extendidas de contaminación acústica submarina.Elisabetta Zavoli

Un barco de pesca para la recolección de almejas silvestres, en el norte del Mar Adriático, y descarga su captura en un muelle privado, en la zona portuaria de Chioggia, Venecia, Italia, 25 de julio de 2016.Elisabetta Zavoli

Unas lanchas ayudan a un mercante a salir del puerto industrial y comercial de Rávena, uno de los principales del Adriático para el tráfico marítimo de mercancías y materias primas. Gracias a su posición estratégica, el puerto de 2.080 hectáreas, es el líder de Italia en intercambio comercial con los países mediterráneos, del este de Europa y asiáticos. Las áreas de almacenamiento ocupan 887.330 metros cuadrados, y las destinadas a los contenedores y el material rodante, 415.000 metros cuadrados. Los almacenes de mercancías a granel tiene una capacidad de 1.772.900 metros cúbicos. Elisabetta Zavoli

En el puerto de Rávena, hay 217 tanques para almacenamiento de petróleo, 115 para productos químicos, 88 para alimentos y 34 para usos varios. Los muelles están especializados en la carga y descarga de contenedores, madera, productos metalúrgicos, mercancías a granel y otras clases de mercancías. Elisabetta Zavoli

Un hombre pesca en el pequeño muelle de una caseta de pescadores locales frente al puerto industrial y comercial de Rávena.Elisabetta Zavoli

El puerto de Veli Losinj da refugio a embarcaciones de recreo y pequeños barcos pesqueros. La localidad, fundada en el siglo XIII, es la más antigua del archipiélago de Kvarner, y hasta el siglo XIX fue también el puerto principal y el centro más importante de la isla de Losinj. Junto con Mali Losinj, una población cercana fundada recientemente y más desarrollada económicamente, son los centros de la temporada turística en las islas croatas. El impacto acústico de estas embarcaciones altera la vida de los delfines en la zona. Elisabetta Zavoli

Espectograma de la vocalización de un delfín nariz de botella grabada por el hidrófono del proyecto Interreg-Soundscape controlado por la ONG Fundación Cetacea en Rímini (Italia). Muestra las frecuencias de los sonidos en un rango que abarca desde pocos hercios hasta 10 kilohercios. Las frecuencias de los sonidos de origen humano suelen situarse en los valores bajos, mientras que las de origen natural ocupan la franja más alta. En la imagen se distingue la vocalización de un delfín nariz de botella; las bandas amarillas continuas indican la presencia del motor de un barco cuyo sonido satura prácticamente todo el espectro, tapando cualquier otra señal.

Los músicos Fabio Mina y Emiliano Battistini presentan el concierto Different Waves en el antiguo delfinario de Rímini. Italia, 10 de octubre de 2020. Los músicos crearon un espectáculo acústico utilizando algunos de los sonidos naturales y humanos recogidos por el hidrófono instalado por el proyecto Soundscape frente a la costa de Rímini. Su objetivo es concienciar al público sobre la contaminación acústica del Adriático norte.Elisabetta Zavoli