La vida después de la matanza en la favela de Jacarezinho
Una operación de la policía en la zona norte de Río de Janeiro ha sido la mayor masacre de la historia de la ciudad. Los vecinos relatan las horas de terror que vivieron
La operación policial del jueves 6 de mayo en Jacarezinho fue la más sangrienta en la historia de la ciudad de Río de Janeiro. En la imagen, una de las principales calles comerciales de esta favela de 40.000 habitantes, con unas 300 tiendas.LEONARDO CARRATOVista de Jacarezinho desde la torre de la parroquia de Nuestra Señora Auxiliadora de los Salesianos. El tráfico de drogas es uno de los ingredientes del cóctel criminal de Río de Janeiro tras su bella fachada. La disputa por el territorio es feroz y los pujantes grupos paramilitares, con sospechosos vínculos con el clan Bolsonaro, ya controlan más espacio que el narco.LEONARDO CARRATOCuando siete horas después de producirse la primera muerte terminó la operación, había cadáveres tirados en calles y habitaciones en varios puntos de la favela. En la imagen, una vecina arroja agua hacia un callejón de Jacarezinho, días después de la matanza.LEONARDO CARRATOLeonardo Pimentel, de 34 años, es presidente de la asociación de vecinos de la favela Jacarezinho, en la que le tratan como si fuera un alcalde. Pimentel cuenta que en la zona de Beco da Síria, dentro de la favela, hay denuncias de violencia policial desde hace varios años. También ahí se encontraron cuerpos de vecinos presuntamente ejecutados durante el operativo policial del 6 de mayo.LEONARDO CARRATODe acuerdo a los relatos de los vecinos, los policías entraron a los domicilios de los residentes para llevar a cabo registros sin orden judicial. Una vez terminada la operación, se llevaron los cadáveres en vehículos policiales blindados.LEONARDO CARRATOLucas Louback, coordinador de proyectos de la ONG Río de Paz, participaba en un reparto de alimentos a los vecinos en la favela en el momento del operativo policial.LEONARDO CARRATOEn la operación del pasado jueves participaron helicópteros. Los policías avanzaron a lo largo de las vías del tren y del metro que atraviesan la favela. En la foto, orificios de balas de armas largas en una pared.LEONARDO CARRATOUn niño fotografiado en la entrada de su casa de la favela. Se observan las marcas de los disparos efectuados durante el operativo policial.LEONARDO CARRATO
