La fragilidad del arte purépecha en las iglesias de Michoacán
El incendio que calcinó la iglesia de Nurio, de incalculable valor, expone la precaria situación en la que se encuentra el arte religioso de los pueblos indígenas
La iglesia de Nurio, devorada por las llamas de un incendio, representaba la manifestación más bella y de valor de todos los artesanos en la meseta purépecha.Teresa de MiguelUna mujer camina por la plaza de Nurio, donde se ha improvisado un altar para recoger donaciones y proseguir con el culto ante la desaparición de la iglesia del pueblo en un incendio que no se logró controlar. El templo ya había ardido en tres ocasiones anteriores.Teresa de MiguelDetalles de las figuras que decoran el cielo de la capilla del antiguo hospital en Nurio, adyacente a la iglesia. Este inmueble no sufrió ningún deterioro por el incendio y aún muestra la riqueza de su colorido.Teresa de MiguelLos pequeños templos michoacanos, como este de Aranza, tienen una arquitectura similar y su paredes son de mampostería, un material frágil para las intervenciones actuales, que no permite una cubierta de mucho peso.Teresa de MiguelEl culto católico está muy arraigado entre los pueblos indígenas, que mezclan sus antiguas tradiciones con la fe impuesta por los españoles a su llegada a México. En la imagen, una mujer y su hija llegan a la iglesia de Cocucho.Teresa de MiguelUna niña juega en la entrada de la iglesia de Cocucho, que también está decorada con espléndidos artesonados policromados.Teresa de MiguelUn hombre observa los cielos historiados de la iglesia de Cocucho.Teresa de MiguelLas mujeres de Angahuan se preparan para salir en procesión. Los viernes de Cuaresma son muy respetados entre los lugareños, devotos de la tradición católica. Ellos se reparten entre las familias el cuidado semanal de las iglesias.Teresa de MiguelIndígenas purépechas salen en procesión de la iglesia de Angahuan como parte de las celebraciones previas a la Semana Santa.Teresa de MiguelLas calas que los restauradores han efectuado en el artesón de la Asunción, en Santa María Huiramangaro, dejan ver, bajo la cal, coloristas imágenes que convierten este templo en uno de los mayores exponentes de arte religioso de la zona.Teresa de MiguelMartín Ruiz, tesorero del patronato de la iglesia de Huarimangaro, muestra las piezas que componen el retablo de Nuestra Señora de la Asunción, que han sido desmontado para su restauración, aún incompleta por falta de recursos.Teresa de MiguelUn hombre lanza cohetes en un entierro celebrado, este sábado, en Santa María de Huiramangaro. La pirotecnia, muy usada en estos pueblos, es enemiga de las estructuras de madera con que se levantaron en la antigüedad estas iglesias.Teresa de Miguel
