Esmóquines arriesgados, cotilleo doméstico y otras estampas de los Goya más especiales

El presentador de los Goya y uno de los artífices principales del éxito de esta edición ha optado por un impecable esmoquin de Emporio Armani. La camiseta de pico, como ha comentado él mismo, ha sido una solución de emergencia para sustituir la camisa prevista inicialmente. En la gala, eso sí, no ha habido improvisación, sino una dosis de audacia calculada: un esmoquin azul con solapas negras y una camisa negra sin cuello con pechera brillante y botones ocultos.Getty Images

La moda es para divertirse. Y el actor, que recibe su primera nominación como actor revelación por 'No matarás', ha sido el hombre más colorido y audaz de la noche con un esmoquin de chaqueta cruzada azul de Moschino, la firma capitaneada por Jeremy Scott y una firme defensora del color, el humor y la provocación como elementos de estilo. “Elegí Moschino porque quería vestir algo diferente, no quería ir de negro”, ha declarado a ICON. “Me gusta la moda, todo es demasiado aburrido en las alfombras en el mundo masculino y los chicos no tenemos porque ir siempre de negro y con fajín. Estamos en el siglo XXI y los diseñadores tienen ideas increíbles como para conformarnos con ir todos de uniforme”.Getty Images

Todas las intervenciones de grandes estrellas de Hollywood, enviadas a través de mensajes grabados (en el caso de Barbra Streisand, musa absoluta, solo con voz), fueron todo menos previsibles. Hubo vídeos grabados a contraluz ante una ventana, palabras chapurreadas en español y planos imposibles. Salma Hayek, sin embargo, lo preparó a conciencia: con un vestido elegante, perfectamente maquillada y peinada y un fondo en el que se entreveían molduras en sobrios tonos claros, fue lo que uno espera de una estrella.

Una de las ventajas de la veteranía es no tener que aparentar ser moderno. Y, en medio de un ramillete de vídeos rodados en casas con suelos de mármol y muebles lujosamente minimalistas, ver a Robert de Niro celebrar el cine español desde un sillón de orejas tapizado con una tela distinta a la de las cortinas y la pared, tiene algo de reconfortante y de cotidiano.

Poner una cámara en casa –y, por tanto, en tu vida personal– implica siempre decidir qué parte mostrar y cuál no. Muchos de los nominados se han mostrado reticentes a incluir a sus allegados en la retransmisión. Mario Casas, por ejemplo, ha llegado a comentar en su entrevista con TVE que su hermano estaba con él pero prefería no aparecer en cámara. Salvador Calvo, el director de la premiadísima 'Adú', nos ha regalado la imagen de él, su pareja, Juan, y su hija Alejandra, en un salón decorado con máscaras y esculturas africanas que probablemente remiten al accidentado y ambicioso rodaje de 'Adú', filmada en Benín.

Cuando las mensajerías fallan y la ropa no llega a tiempo, el impulso es, primero, entrar en pánico y, después, buscar un plan b en el armario. A Jon Kortajarena ni le tembló el pulso. Tal y como contó en la entrevista previa en la alfombra roja, tiró de archivo y se enfundó este esmoquin impecable de Tom Ford, su diseñador de cabecera. Ajuste perfecto, camisa impoluta, pajarita y corte de pelo y afeitado digno de una estrella del Hollywood clásico. Se llama madera de estrella.Getty Images

No muchos invitados se han atrevido a mostrar su casa, sus objetos y su gusto decorativo. Algunos han optado por habitaciones de hotel o por apartamentos alquilados 'ad hoc'. Por eso se agradece que Javier Cámara, vestido de Pedro del Hierro, haya optado por participar desde un rincón de su casa, con obras de arte, pinturas y, también, unos volúmenes de una enciclopedia dedicada al cine, en un homenaje tal vez involuntario a esas publicaciones que durante décadas han alimentado la cinefilia de varias generaciones para las que el séptimo arte era algo más que una forma de entretenimiento.

Las actrices de 'Ane' han optado, como muchos nominados, por asistir telemáticamente a la gala a través de una casa alquilada para la ocasión. Sin embargo, nada más lejos de la modernidad aséptica de un piso AirBnB. En su caso, una casa rural en Burgos, con un muro de piedra, ventana con cortinilla, muebles de madera maciza y una chimenea crepitante. La España vaciada también cabe en esta gala.

Casas, que se ha hecho este año con el Goya a mejor actor, ha participado en remoto con esmoquin y camisa blanca con jaretas y sin pajarita, una fórmula que recuerda a la que eligió en los recientes premios Feroz. Durante las primeras conexiones lo combinó con unas pantuflas de Batman –él mismo lo confesó durante una entrevista en directo–, pero en las imágenes oficiales aparece con unos elegantes 'slippers' sin calcetines.Getty Images

Nominado a mejor canción original, el artista se conectó desde su estudio, rodeado de instrumentos musicales y con un esmoquin rojo con solapas negras de Hugo. Curiosamente, otra de las nominadas de la misma categoría, Rozalén, también apareció con una batería al fondo. Puestos a elegir un fondo, nada mejor que uno que represente tu trabajo.

La cantante, que interpretó una versión actualizada de 'La violetera', acudió con un vestido blanco drapeado que ella misma ayudó a confeccionar y, en el escenario, le añadió unas orquídeas, que no son violetas, pero también lo valen. Un 'hazlo tú mismo' de altura.Getty Images

Con un esmoquin de Dsquared2, el director español, uno de los entregadores de la gala, optó por la elegancia clásica que lleva practicando en los últimos años.Getty Images

Hemos visto más de una mujer luciendo interpretaciones más o menos complejas del esmoquin masculino, y el más sofisticado es el modelo de Loewe que vistió Najwa Nimri. Las solapas remiten a la sastrería clásica, pero el tejido de seda y los elementos abullonados y con volumen remiten a la plasticidad y la artesanía marca de la casa.Getty Images

Otro soplo de aire fresco. No hay ni rastro de tonos crema en el dormitorio desde el que Helen Mirren, vestida de verde hoja y con la mano en el pecho, envía su mensaje de aliento a los espectadores de los Goya. Muros blancos, una cama, una pintura y una lámpara de lectura.

La actriz, premio Mujer ICON 2019, acudió a la alfombra roja con un diseño de Juan Duyos que demuestra su compromiso (y su pasión) por la moda española. Más allá del gesto, el diseño era sobresaliente, especialmente por el contraste entre la sobriedad monocroma del vestido y la artesanía textil del abrigo. Siempre impresiona, y siempre para bien.Getty Images

La naturalidad es uno de los fuertes de Cervantes, que lo demostró por partida doble. Primero, con un esmoquin de lino en tonos claros que fue uno de los looks más relajados –y también más consistentemente impecables– de la noche. Además, aplaudió el premio para Alberto San Juan desde su casa, con sus libros y sus cosas como fondo.Getty Images

En tiempos de prudencia, carácter. Si uno tiene una casa tan bonita y con tanta historia como la de Fernando Trueba (y en ICON Design la visitamos), ¿quién quiere anodinos fondos de Zoom? Fernando se plantó delante de sus obras de arte y demostró que hay vida más allá de las estanterías.

El granadino es partidario de dos conceptos que siempre se agradecen en una alfombra roja: la moda de cercanía y la audacia. El esmoquin que lució era un diseño del sastre granadino Javier Portago, y el corte era clásico, pero con aplicaciones semiesféricas en la solapa. Los zapatos son Jimmy Choo.Getty Images

Tal vez porque este año la logística ha reducido la cantidad de hombres en la alfombra roja, los esmóquines que hemos visto se han inclinado por el clasicismo. Una de las sanas excepciones ha sido el modelo que ha elegido Adrián Lastra, un diseño de Dsquared2 en tejido dorado de camuflaje y con solapas negras.Getty Images

Impecablemente vestido con un esmoquin gris oscuro de Pedro del Hierro y su ya inconfundible tupé alborotado, el nominado a Mejor actor David Verdaguer posa frente a la cámara en la habitación donde ha asistido telemáticamente a los Goya. Pocas imágenes resumen con tanta exactitud la atmósfera de rareza y emotividad que ha envuelto una ceremonia atípica en la que nos nominados han celebrado sus premios en soledad y la moda, el interiorismo y las emociones se han transmitido como viene siendo común desde hace poco menos de un año: a través de una pantalla.