Antonio Banderas y su accidentado regreso a casa protagonizan la portada de ICON de junio
Sam Neill, Ronan Farrow, Pablo Rivero y el cineasta Rodrigo Sorogoyen son otros de los personajes de nuestro nuevo número
Apenas había terminado la resaca de Dolor y gloria cuando Antonio Banderas se vio confinado, como un español más, en su casa de Málaga. El actor jamás hubiera pensado que el regreso a su tierra fuera a desarrollarse como se ha desarrollado, pero el mismo día que la ciudad entraba en Fase 1 fuimos a visitarlo al Teatro Soho Caixabank, la piedra angular de su proyecto soñado, con el que pretende devolver a su ciudad todo lo que esta le ha dado. “Somos un teatro sin ánimo de lucro. Todo se reinvierte. Mi trabajo lo ofrezco gratis, bueno, no gratis porque no me lo permite el Gobierno, pero me pongo un sueldo bajo, y una vez he pagado los impuestos, lo que me queda lo meto en el teatro”, explica en una entrevista en exclusiva. Imposible no tratar con él asuntos recurrentes durante la pandemia, como la división entre profesiones esenciales y no esenciales. “Me da un poco de pena esa idea que flotaba sobre qué es esencial y qué no”, reconoce Banderas. “Quiénes somos prescindibles y quiénes no lo son. El mundo del arte se ha llevado alguna bofetada, algún: ‘Vosotros no sois esenciales’. Pero yo no hablo ahora como actor. Hablo como espectador y como consumidor. La cultura es esencial, no entiendo mi vida sin música”.
E incluso entona una cierta autocrítica: “Tal vez los de la cultura no hemos sabido explicarnos. Somos profesionales que hacemos lo que nos gusta y eso genera cierto complejo de culpabilidad. Nos coloca en una situación de inferioridad porque el trabajo que hacemos nos encanta y encima nos pagan por ello. Parece que no nos permite salir a decir que representamos a más de un millón de personas en España que, mira, desafortunadamente comen, tienen hijos y deben pagar las letras de un coche o un piso. Eso se olvida. La gente cree que todos los que salen en la tele o están en los teatros viven una vida desahogada y maravillosa, una enorme alfombra roja. Esos somos muy pocos y hemos tenido mucha suerte”.
La carrera profesional de Antonio Banderas tiene ciertos paralelismos con la de Sam Neill, otro de los grandes protagonistas de nuestro número de junio. Aunque irlandés de nacimiento, creció en Nueva Zelanda, donde empezó a hacerse un nombre en la interpretación hasta escuchar, como el malagueño, la llamada de Hollywood. Ha participado en alguno de los mayores taquillazos de la historia, como Parque Jurásico (1993), pero Neill tiene además en su hoja de servicios el haber actuado en el que puede considerarse el mayor fiasco United passions, un proyecto faraónico auspiciado por la FIFA para contar su propia historia y que se estrelló estrepitosamente en la taquilla. “Rodamos en lugares preciosos, el director y los actores eran encantadores y la FIFA nos pagó muy bien”, explica sin perder la sonrisa. Neill invirtió parte de este dinero en una granja donde tiene, por ejemplo, una oveja llamada Susan Sarandon y en sus viñedos, su gran afición. “Me fascina el vino, su proceso de crianza y la cultura que lo rodea. Es algo que encuentro muy atractivo”.
En un momento vital muy diferente se encuentra Ronan Farrow, hijo de Woody Allen y Mia Farrow, que ha publicado Depredadores, un libro sobre la exhaustiva investigación que llevó a cabo para destapar los abusos sexuales del productor Harvey Weinstein y que le ha valido un premio Pulitzer. En la entrevista que ha concedido a ICON no solo habla del libro, sino que aborda además el caso de su propia familia y de las acusaciones de abuso que su hermana Dylan hizo contra su padre. “No hay duda de que los errores judiciales que hubo en el caso de Woody Allen no se hubieran dado hoy. Fue la historia de un tipo muy poderoso tirando de sus contactos para impedir un proceso criminal”, señala.
El actor Pablo Rivero, que publica su segunda novela, el director Rodrigo Sorogoyen y los cantantes Lauv y Lido Pimienta son otros de los interesantes personajes de la cultura que se dan vida en las páginas de este nuevo número de ICON, en el que no faltan nuestras habituales citas con el mundo de la moda y la belleza masculinas y reportajes de actualidad como el dedicado a cómo el narcotráfico internacional se ha reorganizado durante la pandemia: a golpe de ERTE. El Mercado, legal o ilegal, es el mercado. Todo esto y mucho más, gratis con El País el sábado 6 de junio y a la venta por 3,5 € el resto del mes.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.