Fronteras de rotulador de punta gruesa
El pasado viernes, al acabar la última clase con segundo de Bachillerato de Humanidades, me di cuenta de que los chicos a los que hablaba de vanguardias ya no conocerán la Europa que conocí, porque ese día se hizo realidad la retirada británica de la Unión Europea. Cuando tenía 18 años estaba feliz de poder recorrer, con tan solo mi DNI, la Europa libre y moderna en tecnicolor que se abría ante mí. Muchos de nosotros lo hicimos y, para muchos, el Reino Unido fue nuestro destino, un poco nuestra casa. Los habrá hoy que piensen que no es tan importante, que es solo un país pequeño rodeado de mares fríos y grises, pero otros intuimos en silencio y muy callados que estamos volviendo a las fronteras de rotulador de punta gruesa y trazo firme. Mientras apagaba el ordenador y cerraba el libro de tapas naranjas sobre vanguardias europeas, me preguntaba qué pasará a partir de ahora con los que, con 18 años, necesiten respirar más allá del lugar donde el destino les ha colocado.
Natividad Lara-Cepeda. Valencia
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