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Florence Pugh, del anonimato camino al Oscar pasando por ‘Mujercitas’

La actriz inglesa de 24 años, que vivió de niña en España y defiende la naturalidad en las redes, está de moda por su nominación a los premios de la Academia

Florence Pugh, en los Critics Choice Awards. En vídeo, el tráiler de 'Mujercitas'.Vídeo: DANNY MOLOSHOK (REUTERS)
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El año pasado por estas fechas, Florence Pugh era casi una desconocida; sí, había participado en alguna película y serie de televisión y había concedido alguna entrevista, pero pocos le ponían cara y muchos menos se sabían su nombre. Hoy la historia ha cambiado por completo, y a sus 24 años Pugh está a las puertas del supestrellato gracias a cuatro películas, tres de ellas estrenadas en 2019: Peleando en familia, basada en la historia real de la campeona de lucha libre Saraya-Jade Bevis; el film de terror Midsommar (ha confesado que se obligó a imaginarse a cada miembro de su familia en un ataúd para transmitir la angustia de su personaje); y la aclamada versión de Mujercitas de Greta Gerwig, por la que Florence ha sido nominada al Oscar, al Critics’ Choice y al Bafta. El cuarto título, y su bautismo en el universo Marvel, es Viuda Negra (en cines, el próximo 30 de abril), donde interpreta a la espía Yelena Belova y se mide con Scarlett Johannson (también se medirá con ella en los Oscars, porque ambas están nominadas en la categoría de actriz secundaria, al igual que Laura Dern, que hace de su madre en Mujercitas). Además, la actriz, a quien muchos comparan con Kate Winslet por su versatilidad y su olfato para elegir papeles interesantes y complejos, es la flamante chica de portada del número de febrero del Vogue estadounidense.

Pugh nació en Oxford en un hogar “ruidoso y creativo”. Es hija de un empresario con varios restaurantes y de una profesora de baile, y la tercera de cuatro hermanos que se dedican en mayor o menor medida a la interpretación (entre ellos está el actor Toby Sebastian, que fue Trystane Martell en Juego de Tronos). La familia se mudó a Andalucía cuando ella tenía 3 años en busca de un clima más cálido que aliviara sus problemas respiratorios –Florence padecía una enfermedad llamada traqueomalacia– y, aunque solo permanecieron allí tres años, en una entrevista con Fotogramas en 2017 aún se declaraba muy unida a España: “La cultura y la música española forman parte de mi niñez. Así que siempre tengo tendencia a buscar en mis viajes a España bares de tapas para tomar jamón ibérico y cerveza Mahou, que era la favorita de mi padre”. Descubrió que le encantaba cautivar al público en las obras de Navidad del colegio, y de adolescente tuvo un canal de YouTube bajo el alias Flossie Rose donde colgaba vídeos caseros tocando la guitarra y cantando versiones de Oasis o Adele. Tenía 17 años cuando su madre la animó a presentarse al casting de The Falling (2014), un film en el que coincidió con Maisie Williams y que se convirtió en su debut.

La inglesa también se distingue por su defensa de la naturalidad y la autoaceptación. Todavía no ha olvidado su primera incursión en Hollywood, con 19 años, cuando viajó a Los Ángeles para rodar el piloto de una serie que finalmente no salió, Studio City, y los productores le sugirieron con poco tacto que perdiera peso. Comprendió que esa no era la industria de la que ella quería formar parte. “Me di cuenta de lo que quería representar, y si eso no hubiera ocurrido, puede que no hubiera superado mis problemas con mi cuerpo a una edad tan temprana”, contó en el Glamour británico.

Pugh lanzó un mensaje en una entrevista con ES Magazine a quienes osen volver a intentar moldear su apariencia: “No, no quiero que me cortes el pelo. No, no quiero que me depiles el labio superior. Tengo una cara, y crece pelo en ella. Por favor, déjame en paz”. Tras el piloto fallido regresó a su país para protagonizar Lady Macbeth, un film con numerosas escenas de desnudos en el que, dice, se liberó de sus complejos: “Me habían hecho sentir una mierda por mi aspecto y esa película era perfecta, no había espacio para que me sintiera insegura”. Ese fue el papel por el que Greta Gerwig se fijó en ella y decidió que Florence tenía que ser su Amy March. Tan claro lo tenía la cineasta que incluso retrasó el rodaje de Mujercitas para esperarla, y la nominación al Oscar demuestra que no se equivocaba. Aunque Pugh asegura que, de momento, solo la reconocen “megafans maravillosamente raros”, tras esta temporada de premios su anonimato tiene los días contados.

De izquierda a derecha Florence Pugh, Saoirse Ronan y Emma Watson en 'Mujercitas'.
De izquierda a derecha Florence Pugh, Saoirse Ronan y Emma Watson en 'Mujercitas'.Wilson Webb (AP)

 

Su pareja es Zach Braff, 21 años mayor que ella

La relación de Florence Pugh con las redes sociales, ese escaparate donde la gente suele mostrar una versión idealizada de sí mismos, es ambivalente. "Depende de nosotros abrirnos un poco y dejar que la gente vea tus granos en la cara un lunes por la mañana, y que te vean con un aspecto horrible y en chándal, y que vean las partes aburridas y mundanas de tu día. Yo trato de no editar demasiado mi vida", explicó a Teen Vogue. Un enfoque más lúdico y despreocupado en el que no solo caben vestidos de costura y playas idílicas, sino también fotos sin filtro haciendo gansadas con compañeros de rodaje. Lo que no publica nunca son imágenes con su novio, el actor y director Zach Braff, conocido por la serie Scrubs y casi 21 años mayor que ella, aunque recientemente la joven no dudó en dedicarle un 'zasca' a una persona en Instagram que les afeó la diferencia de edad.

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