Mercedes, la última persona fallecida en soledad
Una escultura hiperrealista del artista mexicano Rubén Orozco instalada en una calle de Bilbao trata de llamar la atención sobre el drama de muchos mayores
Una mujer mayor está sentada en un banco sola, fija sus ojos en el suelo, pero su mirada es distante, parece vacía. Está ligeramente inclinada, triste, vestida con ropa de invierno, y sus labios, a medio pintar de un rojo chillón. Está ahí, en medio de un parque, hay gente, pero ella está sola. La mujer del banco podría ser cualquiera de los cientos de miles de personas de más de 65 años que viven solas sin desearlo. Pero en realidad es una escultura hiperrealista que pretende retratar ese sufrimiento y que ha sido bautizada como La última persona fallecida en soledad. La obra ha sido expuesta esta semana en el paseo del Arenal de Bilbao y no ha pasado inadvertida. Muchos viandantes se han acercado a tocarla para comprobar si era real; han hecho fotos y se han sentado a su lado.
La escultura fue creada por el artista mexicano Rubén Orozco a imagen y semejanza de una persona que sí es real, Mercedes. Esta mujer, bilbaína de 89 años, vive esta realidad de no tener a nadie con quien compartir momentos, tal como explicó la BBK, promotora de la iniciativa, en el acto de presentación de la pieza artística. La soledad que vive la Mercedes de carne y hueso no es una soledad deseada y su único contacto social es la atención que recibe de una voluntaria de Cáritas semanalmente y la visita ocasional de algún sobrino. “Yo vivo sola. Estoy sola. Es una situación que viven muchas personas como yo. Represento a todas ellas, a todas las que hemos tenido una vida activa, pero a las que la vejez ha dificultado su autosuficiencia para salir a la calle”, explicaba la mujer esta semana. Sus palabras son las de los mayores silenciados por el olvido: "A veces no hablo nada de la mañana a la noche, y por la noche no me sale ni la voz", asegura en el vídeo que se puede ver sobre estas líneas.
El artista que creó a la Mercedes escultura reconoce que no fue, para nada, un problema aceptar el proyecto: "En cuanto lo escuché, mi corazón me dijo: 'acepto, a pesar de que casi no hago ningún encargo y de que la escultura que realizo, normalmente, es más pequeña o más grande que esta'. La escultura hiperrealista de Mercedes es la primera que realizo a tamaño natural". Orozco explica que se enfrentó a distintas emociones a la hora de crearla: "Estaba contento por ser parte del proyecto y, a la vez, sentía pena por la situación personal de Mercedes". "La escultura tenía que captar esa desazón, ese aislamiento, pero al conocer a Mercedes esto cambió un poco. Ella es fuerte, valiente y muy simpática. Así que cuando pasas frente a la escultura caminando observas, efectivamente, tristeza y soledad, pero si te aproximas, justo al nivel de los ojos, te dibuja una sonrisa como si tuviese esperanza", concluye el artista.
La campaña de la BBK, denominada Invisible Soledad, además de dar la voz de alarma sobre esta realidad social, también incluye la creación de una red para la detección de personas aisladas, con servicios de atención personalizada y de acompañamiento.
En España, hay cerca de cinco millones de personas que viven solas, según la Encuesta Continua de Hogares (ECH), del Instituto Nacional de Estadística, publicada el pasado mes de abril, aunque esta no indica qué porcentaje elige voluntariamente no compartir su vida con nadie. De ellas, 2.037.700, un 43,1% tienen 65 o más años, y 1.465.600, un 71,9% son mujeres.
El aislamiento no deseado tiene efectos negativos también en la salud. Entre los riesgos más acusados está el aumento del porcentaje de muerte prematura, que se incrementa en el caso de personas que están solas sin haber elegido esa forma de vida. “El Reino Unido ha sido el primer país en tomar medidas al respecto, llegando a crear un Ministerio de la Soledad en 2018 para hacer frente a un peligro que azota a nueve millones de personas en el país (un 13,7% de la población), según Equity Release Council”, señala la entidad patrocinadora en su comunicado.
La escultura que han podido ver ya los bilbaínos quiere denunciar toda esta situación y remover conciencias. Un panorama que no parece que tienda a remitir: cada vez nacen menos niños en España, la esperanza de vida aumenta y se producen más separaciones. Para 2050, las personas mayores de 65 años llegarán a representar el 30% de la población, más de cuatro millones tendrán más de 80 años, según estimaciones de la Fundación General del CSIC.
Esta campaña pone sobre la mesa una epidemia silenciosa que muestra sus garras en una de las etapas más vulnerables en la vida de las personas: la tercera edad.
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