Ese aire cargadito de sexo
Del ejercicio aeróbico a los jadeos. Cómo respiras influye en tu placer sexual
La gestión de algo tan ¿habitual? como el aire que llega a nuestros pulmones entra en juego en los asuntos de cama.
No le damos la importancia que tiene porque lo hacemos involuntariamente, pero la respiración es uno de los elementos que participan en nuestro goce sexual. Aunque suene básico, en realidad, consiste en tomar consciencia de que respiramos. Se llama respiración consciente y es la base, por ejemplo, de la meditación, pero llevado a la cama provoca más placer y mejores orgasmos. "Al centrarnos en el momento presente, conectamos con nosotros mismos y con nuestras sensaciones y emociones", describe Ana Lombardía, psicosexóloga, "Prestamos atención, sin distraernos con nada más, focalizándonos en lo importante. La respiración consciente nos permite ver las cosas con más perspectiva y analizar, realmente, cómo es nuestra vida en ese momento".
"Muchas veces, en la cama, más que sentir, pensamos. Y pensamos cosas negativas que nos distraen, desde las propias inseguridades de cada uno hasta si daremos la talla. La respiración nos ayuda a salir de nuestra cabeza, dejar los pensamientos en segundo lugar y que podamos centrarnos solo en disfrutar", prosigue Lombardía. "La respiración consciente nos hace sentir con más intensidad, al prestar atención al presente. Centrarnos en las sensaciones que suceden en ese momento hace que las sintamos. Se relaja el sistema nervioso, se provoca excitación y se fomenta el disfrute". Esto hace que podamos alcanzar el orgasmo y disfrutarlo. Nos une, de algún modo a nuestra pareja y prestamos atención a los estímulos que nos provoque. "Se conecta desde las sensaciones y no desde el pensamiento", matiza psicosexóloga. "El pensamiento suele dar lugar a error, lo que sientes es indiscutible", añade.
La experta describe ejercicios muy básicos con los que se puede conseguir mucho: "La meditación es muy buena para practicar cómo focalizar la atención. Sentarnos en calma, a oscuras y con los ojos cerrados, prestando atención a la respiración, al proceso por el cual el aire entra y sale y se mueve por la boca, nariz, pulmones, estómago... incluso contar con calma el número de inspiraciones que hacemos nos ayuda a focalizar la atención en ella. Un truco que funciona muy bien cuando queremos llevar la atención al momento en el que estamos teniendo sexo, más si nos cuesta conseguir la concentración de la respiración, es contarnos a nosotros mismos lo que ocurre: 'estoy en la cama con mi pareja, tiene la piel muy suave, me besa en el cuello y me gusta, me excita, tengo que acariciarlo para sentirlo'".
Estar en forma tiene también sus ventajas en las relaciones sexuales. Estas están consideradas ejercicio cardiovascular leve o moderado. Practicar deporte te nutre de endorfinas, responsables de todo lo bueno que te ocurra. Casi. Responsables del placer, ayudan a mitigar el dolor (que se lo digan a los boxeadores) y estimulan las partes del cerebro empeñadas en que disfrutemos. Las personas que practican cualquier deporte, moderada y regularmente, tienen un sexo fabuloso. Prueben. Consigan como sea enrollarse con alguien que corra, entrene boxeo o nade, por ejemplo. Acostumbrados a respirar entrenando, sus jadeos y ejercicios serán más armoniosos y, por tanto, más placenteros. "El ejercicio cardiovascular es el más saludable a nivel físico y mental, afirma Nayara Malnero, psicosexóloga y terapeuta de parejas, pero, además, los ejercicios focalizados en la zona sexual son un complemento ideal: ejercicios de suelo pélvico para él y para ella, los famosos Kegel". Con semejantes ejercicios no solo mantenemos a raya las pérdidas de orina, por mucho que se pusieran de moda por eso. Nayara lo resume: "Con esos ejercicios, los hombres mejoran sus erecciones y el control eyaculatorio, nosotras la lubricación y la intensidad de los orgasmos".
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