El dardo en la conciencia
Los que sobrevivimos, los que nos quedamos, a pesar de las heridas, nos convertimos en “el dardo en la conciencia”. Nuestra misión, concienciar para que a otros nos les pase. Somos molestos, cansinos, locos, tristes, agoreros: “Déjame que beba lo que yo quiera. No me digas lo que tengo que correr. Yo controlo. Es solo un mensaje de nada”. Sí, somos todo eso y la voz de la conciencia, y tu familia, probablemente, se convertirá en el próximo voluntario que irá a los colegios a contar tu caso. Tercer domingo de noviembre, Día Mundial en Recuerdo de las Víctimas de Siniestros de Tráfico. Porque en la calle, en la carretera, todos dependemos de todos.
Flor Zapata Ruiz, madre de Helena
Alcobendas (Madrid)
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