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REVISTA DE REVISTAS / ‘DEUTSCHE WELLE’
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

Un tsunami contra Moreno

La “situación actual”. Esa es la razón que ha dado el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, para cancelar su viaje a Alemania. Moreno quiere “tener los ojos puestos” en Ecuador, aclaró su ministro de Exteriores, José Valencia. Esta apacible descripción de la cancelación contrasta con la tensa situación, que tiene al mandatario más que ocupado: protestas, barricadas, choques con las fuerzas de seguridad y saqueos.

El 1 de octubre, el Gobierno en Quito anunció la supresión de las subvenciones al combustible, lo cual llevó a un drástico aumento de los precios de la gasolina y el diésel. Los transportistas paralizaron las rutas la semana pasada y hubo enfrentamientos violentos. En la capital, la protesta rodeó la sede del Gobierno y bloqueó las calles. Ante esta situación, Moreno decretó el estado de excepción. Al menos 470 personas han sido detenidas.

La derogación de las subvenciones al combustible, introducidas en la década de los años setenta del siglo pasado, forma parte de un paquete de reformas para hacer frente a la crisis económica. El Gobierno ecuatoriano ha recibido un crédito del Fondo Monetario Internacional (FMI) por valor de 3.800 millones de euros. A cambio, una de las condiciones es que tiene que reducir el gasto público.

El país está atrapado en una profunda crisis económica y el presupuesto estatal está en números rojos. La cuestión de las subvenciones al combustible es central para el saneamiento de los presupuestos. Una bomba política a escala interna que los predecesores de Moreno al frente del Ejecutivo no se habían atrevido a accionar. Ecuador tenía hasta ahora el tercer precio de gasolina más bajo de Latinoamérica. (...)

Queda por ver si el presidente Moreno se tomará en serio lo de “tener los ojos puestos” sobre su país, o incluso si lo llevará al extremo de la literalidad. Con apoyo chino, Ecuador ha instalado por todo su territorio un sistema de vigilancia con más de 4.500 cámaras de vídeo. Las imágenes se muestran en directo en 16 centros de control en los que están empleadas unas 3.000 personas. Un aparato de seguridad perfecto para reaccionar a las protestas. Hecho por Huawei.

Publicado el 8 de octubre.

Lea el artículo completo en inglés aquí.

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