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Old Fangak, un oasis en medio de la guerra de Sudán del Sur En diciembre de 2013, 5.000 personas vivían en este rincón del país africano. En 2018 la llegada de refugiados hizo aumentar la población a 50.000. Esto va mermando los recursos locales y aumentando el riesgo de hambruna Old Fangak es un pequeño pueblo de Sudán del Sur, accesible solo por barco y avión (durante la temporada seca cuando la única pista de aterrizaje es practicable). Las aguas del Nilo Blanco se llenan de actividad cada día. Desde primera hora de la mañana los cayucos transportan viajeros y mercancías mientras sus orillas rebosan de gente duchándose, mujeres lavando la ropa y niños jugando. Este inmenso pantano ha impedido que la guerra alcance esta zona en el país más joven del mundo. El ejército de Sudan del Sur (SPLA) no dispone de recursos para atravesar sus aguas lo que ha convertido a Old Fangak en un santuario no solo para refugiados, sino también para las fuerzas de la oposición. La mayoría de los desplazados vienen de Unity State, una región en el centro del país que vivió algunos de los peores episodios de la guerra civil en 2017. La situación llegó a tal punto que las Naciones Unidas declararon hambruna. Samuel Gony Gor, 50, es un granjero que vivía en Unity State. En 2017 se vio obligado a dejar todo y huir con su familia a través del pantano durante más de un mes. “Nos perseguían hombres armados. Muchos de los que huían con nosotros acabaron muriendo de hambre”. Muchos desplazados internos se vieron obligados a cruzar El Sudd y sus aguas infestadas de cocodrilos y serpientes para llegar a Old Fangak escapando de la guerra. Nyarom Jiech Chuol vende madera en el mercado para intentar mantener a sus siete hijos. En 2017 escapó de los combates en Bentiu con su familia. La población de Old Fangak se ha multiplicado por 10 desde el inicio de la guerra civil en diciembre de 2013. Cada vez más gente depende de la ayuda humanitaria y los precios en el mercado siguen aumentando. Muchos desplazados internos se ven obligados a alimentarse de frutos silvestres. Muchos padres consideran la educación clave para garantizar el futuro de sus hijos y del país. La escuela primaria de Nyatuat tiene 728 alumnos. En septiembre de 2018 se alcanzó un nuevo acuerdo de paz entre el presidente Salva Kiir y el líder rebelde y ex vicepresidente Riek Machar. Dicho acuerdo establecía la formación de un gobierno de coalición en mayo de 2019 pero la fecha ha sido pospuesta y las negociaciones se encuentran en un momento delicado. Elizabeth Gal, de 43 años, huyó de Bentiu en Unity State. Sueña con volver a su granja, pero solo lo hará cuando la paz esté garantizada. Este televisor viajó tres meses en barco hasta llegar a Old Fangak. Su dueño lo ha convertido en negocio cobrando 100 libras sur sudanesas (50 céntimos) para ver partidos de futbol. La Premiere League inglesa es la más demandada. El futbol y otros deportes han permitido a muchos jóvenes canalizar sus frustraciones y traumas sufridos durante la guerra. Old Fangak tiene su propia liga con varios equipos. Una vez por semana este descampado se convierte en un estadio de futbol con jueces de línea, arbitro y aficionados.