11 fotos‘Basuraleza’, la amenaza cotidiana del medioambienteMás de 10.000 personas se movilizarán el próximo sábado para recoger basura en 400 puntos de toda EspañaJaime Ripa13 jun 2019 - 11:31CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceUn inodoro roto en medio del campo. Esta imagen y las que se muestran a continuación dan prueba de los hallazgos de los miles de participantes de las pasadas ediciones de '1m2 por la naturaleza', la recogida nacional de residuos cuya nueva cita tendrá lugar el próximo sábado 15 de junio. Organizada por el proyecto LIBERA, coparticipado por SEO/Birdlife y Ecoembes, la acción busca combatir el problema del abandono de basura en los espacios naturales ('basuraleza', según los mismos organizadores) y alertar de sus consecuencias para el medioambiente. Hasta el viernes, cualquiera se puede apuntar a las batidas programadas en más de 400 puntos de toda España o crear la suya propia. Por el momento, hay más de 10.000 inscritos, según datos de la campaña.1m2 por la naturalezaEl año pasado participaron 11.000 personas como las de la imagen en 415 batidas en todas las provincias. Encontraron de todo: neumáticos, plástico, latas, sofás, pilas, mecheros. ”La variabilidad de los residuos es alta. Depende del entorno, del año, del lugar”, explica Miguel Muñoz, portavoz de SEO/Birdlife para el proyecto LIBERA, que detalla que durante la jornada de 2018 se extrajeron 80 toneladas de basura de todas las provincias. “Hemos determinado los tres desechos más comunes: toallitas húmedas, envoltorios de plástico y colillas”.1m2 por la naturalezaPrecisamente de las colillas, un invento con más de 4.000 sustancias químicas reconocidas, entre ellas nicotina, alquitrán o amoniaco, el proyecto LIBERA ha recabado datos que arrojan luz sobre su perjuicio ambiental. “Una sola colilla puede contaminar hasta 50 litos de agua dulce o diez de salada”, detalla Muñoz. De los seis billones que se fabrican al año, aproximadamente tres cuartas partes acaban tiradas sin miramientos. Por sí solas, se degradarán en un año como mínimo y diez como máximo.1m2 por la naturalezaLa dimensión más conocida de este fenómeno es la marina. Día a día se publican cifras e imágenes que alertan de su magnitud: el 80% de la basura del mar proviene de la tierra, un millón de aves mueren al año por ingestión de residuos, para 2050 habrá más plásticos [como los fragmentos de la imagen] que peces en el océano. “Al año se abandonan unas 640.000 toneladas en redes de pesca que siguen capturando peces y aves. Es lo que conocemos como pesca fantasma", amplía Muñoz. "En cuanto a la ingesta, los trozos que se comen los animales desgarran e infectan su organismo. Muchos mueren por inanición ya que la basura, principalmente el plástico, acaba sustituyen a la comida en sus estómagos”, amplía Muñoz.1m2 por la naturalezaCarlo Tidu, doctor en Biología y miembro de la Asociación S’Agulla, que trabaja en un mapeado de las artes de pesca tiradas al océano, recuerda cómo en la pasada edición de '1m2 por la naturaleza' extrajeron del mar plástico, latas y neumáticos. También detectaron una gigantesca red en el lecho marino. “Dimos alarma a autoridades. Tenía 100 metros largo y pesaba una tonelada”, detalla. Como ese artefacto, gran parte de los desechos que llegan al mar acaban en el fondo. "El microplástico, trocitos de uno a cinco milímetros, se puede acoplar al sedimento marino, y de ahí llegar al estómago de los peces. Con el riesgo de que acabe en la cadena alimentaria humana”, señala Tidu.1m2 por la naturalezaUn riesgo, en palabras de Muñoz, que puede llegar a impactar en la salud pública. “Hay estudios que evidencian la presencia de microplásticos en el cuerpo humano. Se sabe de la presencia pero no de la afección”, explica. “Se considera que algunos de los compuestos y aditivos del plástico tienen relación con problemas cancerígenos y hormonales”. Según un informe del proyecto LIBERA, el 57% del plástico producido mundialmente acaba abandonado.1m2 por la naturalezaEl fenómeno también sucede en tierra, en lugares tan cercanos como los montes de Guadarrama, La Alcarria o un parque urbano de una ciudad española. La gravedad del problema se multiplica teniendo en cuenta los tiempos de degradación de los desechos más comunes: un pañal, 450 años; una lata de aluminio, 200 años; un chicle y unos calcetines, hasta cinco; una botella de agua de plástico, entre 100 y 1.000 años; un brik, 30 años. Para el vidrio más vale no contar: puede superar los 4.000 años.1m2 por la naturaleza“Hay tal cantidad de relaciones ecológicas en cualquier espacio natural que cuando varías un eslabón cambias todo”, explica Muñoz. “En función de los espacios y los cúmulos de basura, esto puede derivar en un problema de destrucción de hábitat”. Un incendio que devore cientos de hectáreas puede originarse por un desecho abandonado: un mechero, una colilla mal apagada, un vidrio que haga efecto lupa.1m2 por la naturalezaUna silla de ruedas emergió de las orillas del río Guadarrama. La cercanía de una residencia de ancianos al hallazgo hace que Antonio Luengo, organizador de la batida en la que se encontró el objeto, lo recuerde con socarronería: “Daba mal rollo, la verdad. Te preguntas cómo es posible que la gente tire cosas así a un río”. No fue la única sorpresa del día. “Sacamos restos de vehículos, amortiguadores en medio de la nada”, enumera Luengo, presidente de la Asociación Canina Licaón, que organiza una acción de limpieza en San Fernando de Henares en la que participará un grupo de unas 70 personas. Como propietario de un perro, ha observado una reciente extravagancia. “La gente envuelve los excrementos y los deja sin recoger. ¿Para qué lo hacen entonces?”, se asombra1m2 por la naturalezaEn Blanes, donde trabaja la asociación de Carlos Tidu, ven día a día “una falta de conciencia ambiental preocupante”: “Pero poco a poco, a través de la educación de los hijos, esta conciencia llega a los mayores, a los padres. Las familias”, dice. Luengo coincide en que los mejores prescriptores son los niños. “La implicación de los alumnos en las actividades que llevamos a cabo con colegios es fenomenal”, destaca.1m2 por la naturaleza¿Una recogida masiva de basura cambia algo las cosas? “Es un gesto. Hay que hacer ruido”, entiende Muñoz, “y desarrollar ese primer estadio de conciencia que ya tenemos con el cambio climático”. La clave pasa, según los expertos, por comunicar que cuando dejamos caer un papel en el campo no solo ensuciamos, sino que contaminamos y, tarde o temprano, aniquilamos biodiversidad. “Muchas personas no son conscientes de que tirar una toallita por el retrete, o enterrar una colilla, supone un grave problema ambiental”, cierra Muñoz.1m2 por la naturaleza