Corinna, la amiga del rey Juan Carlos, deja de ser princesa
Casimir zu Sayn Wittgenstein, su exmarido, se ha casado con Alana Bunte, una modelo norteamericana de 28 años
Casimir zu Sayn Wittgenstein ha dado el "sí, quiero" a la modelo norteamericana de 28 años Alana Bunte. A los 42 años, el exmarido de Corinna zu Sayn Wittgenstein se casaba por segunda vez, de tal manera que la que un día fue amiga del rey Juan Carlos dejaba de poder llevar el título de princesa que a ella tanto le gustaba lucir.
La ceremonia se celebró en Sayn Abbey, un antiguo monasterio situado a orillas del Rin, en Alemania. La novia lució un vestido del español Jorge Acuña. El diseñador, nacido en Lugo, creó su propia marca en el año 2007. El traje era de manga larga y cuello redondo, con velo y una larga cola, que Alana complementó con una tiara. Al enlace acudieron cerca de 350 invitados entre los que se encontraban miembros de la nobleza como Christian de Hannover y Alessandra de Osma.
Según informa el Rhein-Zeitung, la ceremonia civil se celebró el viernes, un día antes de la boda religiosa. La petición de mano se llevó a cabo hace ahora dos años. La pareja mantenía una relación sentimental desde hace más de tres. Fue en abril de 2018 cuando los padres de Casimir anunciaron de manera oficial el compromiso: "Con gran alegría, el príncipe Alexander y la princesa Gabriella Sayn-Wittgenstein-Sayn, dan a conocer el compromiso de su hijo Casimir con Alana Bunte"
Casimir y Corinna se casaron en el año 2000 y dos años después nació Alexander, el único hijo en común de la pareja, que terminó divorciándose cuando el pequeño tenía tres años.
La vida de Corinna transcurre entre Myfair, Belgravia y Westminster, en la capital británica. Durante varios meses, Corinna vivió en una suite del Connaught mientras se reformaba su apartamento de Eton Square; el hotel alberga una de las estancias más caras del mundo, The Apartament, que cuesta unos 18.000 euros la noche incluyendo mayordomo 24 horas. Si algo define ese edificio victoriano y en ello se emplea su personal, es la discreción. Y si algo definía la vida de Corinna zu Sayn-Wittgenstein es, precisamente, la discreción con la que vivía en un universo de lujo prohibitivo que incluye, naturalmente, Mónaco, donde pasa largas temporadas y donde ha trabajado como asesora del príncipe Alberto.
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