Una sociedad perfeccionista
Desde niños nos enseñan a tenernos respeto los unos a los otros y a jugar con deportividad. Pero también hemos aprendido, gracias a la sociedad, que en esta vida hay que ganar, porque quien no triunfa es un perdedor. Se nos exige perfección, ya sea en el ámbito deportivo, respecto a notas o ir a la moda. La imagen de chica o chico perfecto nos lo marca la sociedad. ¿Quién no quiere ser el hijo o la hija perfecta para que sus familiares se sientan orgullosos?
María del Sol Montero Báez. Alcorcón (Madrid)
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.