La carga lenta del vehículo eléctrico
España busca acelerar la instalación de puntos de conexión tanto urbanos como en carretera
En España existen más de 5.000 puntos públicos de recarga para más de 63.000 vehículos eléctricos, 25.000 de ellos, turismos, como apunta la Guía de Movilidad Eléctrica para Entidades Locales publicada por FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) y Red Eléctrica de España (REE) junto con IDAE. Para 2030 circularán entre 2,5 y 4,5 millones de vehículos con baterías, según el estudio. Para ello serán necesarios 100.000 puntos de recarga, según cálculos de FEMP y Red Eléctrica. El despliegue ha comenzado gracias a la modificación de la Ley de Propiedad Horizontal para que un vecino pueda poner un enchufe en su garaje sin pedir permiso a su comunidad (solo tiene que notificarlo), a la desaparición de la figura del gestor de carga, que abre el mercado a cualquier empresa o Ayuntamiento que quiera hacer su instalación, a las ayudas del Plan Movalt Infraestructuras (desde 2018), a los operadores privados, que han visto el negocio.
Petroleras y compañías eléctricas anuncian sus proyectos de infraestructura para la movilidad eléctrica. Hace ocho años, Repsol se alió con el Ente Vasco de la Energía (EVE) para crear la empresa IBIL, que ha tejido una red de más de 1.500 enchufes domésticos y 200 públicos; el último, inaugurado hace menos de un mes en Lopidana (Álava), es el primero ultrarrápido de la Península. "Inauguraremos otros cuatro puntos en 2019 y, el año que viene, más; será un goteo constante, por todo el territorio nacional, para ir formando una red mínima", adelanta Aitor Arzuaga, director general de IBIL. El Plan de Movilidad Sostenible de Iberdrola, por su parte, contempla 25.000 puntos de recarga hasta 2021, en hogares y empresas, calles y carreteras. "Queremos romper la barrera de los trayectos interurbanos, con instalaciones cada 100 kilómetros, como mínimo, en las principales autovías y corredores, y en los accesos a todas las capitales de provincia", informa su directora de Soluciones smart, Raquel Blanco.
Equipos ultrarrápidos
La mayoría de los puntos de recarga se concentra en entornos urbanos, "si bien su número está aumentando rápidamente en corredores interurbanos", destaca el informe de REE y FEMP. "La larga distancia en el sector de turismos es un muro que ha empezado a derrumbarse por la llegada de vehículos con mayores capacidades de batería y el despliegue de infraestructuras de recarga rápidas y ultrarrápidas, que este año tendrán un mayor desarrollo", coincide Arturo Pérez de Lucia, director gerente de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso del Vehículo Eléctrico (AEDIVE). "Está previsto que para diciembre haya un mallado básico que permita circular por toda España a los vehículos eléctricos con las autonomías actuales", concluye. En el caso de los autobuses, "el reto todavía es grande, porque se necesitan vehículos con mayores capacidades de baterías, aunque es algo que en dos o tres años estará resuelto", añade.
Otro gran reto es colarse en las casas. "La principal recarga es la vinculada, la que se hace en el hogar o en el lugar de trabajo, y que cubre más del 85% de las necesidades del usuario, máxime con la llegada de vehículos con autonomías superiores a 400 kilómetros", explica el director de AEDIVE. Para ello hay que vencer reticencias, reconoce el director de Comunicación de Nissan en España, Francesc Corberó, que pone el programa Ahora Sí como ejemplo del esfuerzo que está haciendo su compañía por facilitar las cosas y quitar miedos: "Tú das una paga y señal por tu Nissan Leaf y tienes tres meses para probarlo; si decides que es tu coche, hacemos la operación de compra, hablamos con tu comunidad, te ahorramos la discusión con el vecino y te instalamos el punto de recarga en tu garaje". Es el mismo propósito de Smart Mobility de Iberdrola, que ofrece instalación más Plan Vehículo Eléctrico: 0,5 céntimos por cada 100 kilómetros para cargas entre la una de la madrugada y las siete de la mañana, con energía verde, controlado todo desde el móvil con una app.
"Hemos de garantizar la carga doméstica, que es la más importante", incide Corberó, pero sin olvidar, según añade, desplegar corredores de carga rápida (Nissan se ha asociado con EasyCharge para conseguirlo) y asegurar los puntos de oportunidad en las urbes (para ello, el fabricante japonés ha firmado un acuerdo con Indigo, empresa de gestión de aparcamientos). Las ciudades han de dar respuesta eléctrica al taxi, a la última milla de la logística, al coche compartido o a la emergencia de cualquier vecino. Y, según conceden desde Aedive, algunas se están poniendo las pilas, nunca mejor dicho. Barcelona; Madrid con sus 24 puntos públicos; Málaga; las capitales vascas a través del EVE; los municipios baleares para dar servicio a las flotas de vehículos de alquiler; los canarios, mediante sus cabildos.
Corberó habla de una "travesía del desierto" entre 2012 y 2017, con planes de incentivos discontinuos, y de un notable crecimiento de infraestructuras, a partir de 2018, de la mano del sector privado. Los expertos calculan que para 2024 se habrá superado la diferencia de costes entre un vehículo de combustión y uno eléctrico. "Una vez que las ventas llegan al 10% o 15%, se aceleran y alcanzan rápidamente el 50%, es exponencial, lo hemos comprobado en mercados más desarrollados, como Noruega", subraya Arzuaga. Y los enchufes han de estar listos.
Efecto ‘kétchup’
El Cabildo de Tenerife ha sacado a concurso 14 nuevos puntos de recarga en emplazamientos que considera óptimos para la movilidad eléctrica de la isla. Los 10 adjudicatarios (un centro comercial y nueve estaciones de servicio) cuentan con una subvención del 100% para montar la instalación no donde más les conviene a ellos, sino al bien común. Es la diferencia entre un escenario en el que distintos operadores privados hacen la guerra cada uno por su lado y otro en el que una Administración interviene y ordena el despliegue. "Como todo mercado nuevo, es caótico, y hay que ordenar", comenta el director insular de Movilidad y Fomento, Miguel Becerra, que quiere evitar lo que denomina efecto kétchup. "Sacudes el bote de kétchup una vez y no sale nada, está atascado; hasta que al cuarto intento sale a borbotones y sin control, manchándolo todo. Esto mismo va a ocurrir con el vehículo eléctrico, que lo va a llenar todo sin ningún control", expone.
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