6 fotosEUTANASIALa lucha perdida por la eutanasiaÁngel Hernández fue detenido este miércoles tras ayudar a morir a su mujer, enferma en fase terminal 04 abr 2019 - 12:39CESTWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceMaría José Carrasco, madrileña de 61 años, fue diagnosticada de esclerosis múltiple en 1989. La enfermedad fue acabando con sus transmisiones nerviosas, con la visión y el oído. Sin poder tenerse en pie, sin poder asearse o comer por sí sola, incapaz de escribir, teclear o usar un utensilio, sin casi poder tragar o hablar, Carrasco dependía por completo de su marido, Ángel Hernández, de 69 años.Carlos RosilloUna foto en una de las librerías de la habitación muestra a una pareja joven, guapa, muy a la moda de principios de los ochenta. "Es de cuando nos conocimos", dice Ángel Hernández, jubilado anticipadamente con 61 para poder cuidar a su pareja de los últimos 36 años.Carlos RosilloLa tarde de este miércoles, Ángel Hernández, de 69 años, fue detenido por la Policía Nacional, acusado de haber suministrado a su esposa una sustancia para ayudarla a morir en su domicilio en Madrid. Hace medio año, María José Carrasco confesaba en una entrevista para EL PAÍS: "No quiero dormirme, quiero morirme... Quiero el final cuanto antes".Carlos RosilloEn esa misma entrevista con EL PAÍS, la pareja explicaba que en su caso consideraban la eutanasia como la solución ideal y esperaban que se pudiera aprobar la ley en el Congreso, aunque con cierta desconfianza: "Seguro que en el Congreso habrá alguna iniciativa de la oposición y se retrasa", afirmaba entonces Hernández.Carlos RosilloHace veintitantos años –sin querer recordar ninguno el año exacto–, con el diagnóstico todavía reciente a sus 32 años, María José intentó suicidarse. Ángel la encontró y la salvó. Y hablaron. "Le dije: no quiero impedirte que decidas tú, pero creo que todavía tienes suficiente calidad de vida", explicaba él. Tras aquel relato, Carrasco reaccionó: "Quiero acabar ya".Carlos RosilloEsta postura fue el final de un trayecto de años. Habían buscado remedios pero, a falta de apoyos familiares (no tenían hijos ni padres), sus intentos con la Administración fracasaron. "Estuvimos nueve años en lista de espera para una residencia" que no llegó, contó Ángel Hernández en octubre. Como ella empeoró, decidieron probar con una ayuda domiciliaria (la ley de la dependencia no permite recibir dos prestaciones). De eso hace ya hace un año. Este miércoles, Ángel Hernández afirmó haberle suministrado a su mujer una sustancia para provocarle la muerte porque se encontraba en fase terminal.Carlos Rosillo