Disminuye la crispación
No es para echar las campanas al vuelo, pero parece que en la vida diaria de Barcelona hay menos crispación que unos meses atrás. Guardando las formas y el respeto, se puede entrar en conversaciones y opiniones en las que antes no se podía entrar porque saltaban chispas. Tanto con los amigos independentistas, como con los anti.Aún hay que ir con tiento, pero parece que algo está cambiando.
Un amigo independentista me dijo que hay que reconocer que Sánchez ha sido valiente llegando hasta donde ha llegado, aunque le fastidiaba que no hubiera llegado un poco más lejos. Otro, que está contra la independencia, se estaba planteando que quizá las penas máximas y la incondicional de los presos eran excesivas. No es para echar cohetes, pero algo está cambiando.
Eduardo Irache Esteban. Barcelona
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