Retrógrados
No me preocupa que haya líderes retrógrados y extremistas que aseguren arreglar los problemas del mundo con un simple chasquido de sus dedos. Lo que realmente me preocupa es la gente que se encandila con discursos que apelan a las emociones más primarias anulando cualquier atisbo de racionalidad. Puedo entender el cabreo monumental hacia la clase política que nos ha gobernado estos 40 años de democracia. Puedo entender que la gestión de la crisis económica haya creado legiones de escépticos. Pero lo que no puedo entender es que haya gente que dé coces contra el aguijón solo por despecho.
Pienso que solo hay políticos malos y peores. Pero, ¿por qué optar por los peores habiéndolos malos? ¿Cómo es posible que, de pronto, aparezca un mesías en tu puerta anunciando la buena nueva y aceptes sin objeciones comulgar con ruedas de molino? La respuesta tal vez sea que el pensamiento racional y crítico retrocede y, si esto es así, ¿qué tiene de extraño que terminemos siendo gobernados por retrógrados?
Pedro Serrano. Antoñán del Valle (León)
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