Insultos a dependientes
La tensión que sufren los dependientes tras sus mostradores se acrecienta si su idioma, color de piel o vestido les delata como extranjeros. Aunque dicen que “el cliente siempre tiene la razón”, este la pierde cuando le falta el respeto al trabajador. Casos de xenofobia, como el ocurrido en una tienda en Madrid, están a la orden del día. Cualquier trabajador que está expuesto al público llega a ser incluso amenazado si no cumple con las expectativas que exige el cliente. Las largas filas que se forman en fechas señaladas desquician a los clientes, bien sea en un aeropuerto, farmacia o pescadería. Además de exigir un poco de empatía a los que están en espera, no estaría mal aumentar las plantillas de los establecimientos en periodos de intensa actividad.
José Solano Martínez, Cartagena (Murcia).
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