¿Cómo surgió la llama? Anjelica Huston (California, 1951) asistió a una fiesta de cumpleaños de Jack Nicholson (Nueva Jersey, 1937), de quien se había enamorado viéndole en Easy Rider, y en cuanto él abrió la puerta sonriente se enamoró “por segunda vez” según confiesa en su autobiografía. Ella tenía 22 años y él 36. La entonces modelo pasó esa misma noche con el actor, quien canceló su segunda cita por “un compromiso previo” que resultó ser Michelle Phillips, su exnovia. Huston les pilló en plena cita y ella y Phillips acabaron siendo íntimas amigas. Nicholson jamás quiso comprometerse durante los 17 años que estuvo con Huston. “Una noche se puso a flirtear con una modelo alemana delante de mí”, recuerda la actriz, “así que me levanté para marcharme, pero él me agarró de la muñeca y me devolvió al asiento. Me dijo que no volviera a hacerlo nunca y yo disfruté de lo posesivo que era”.
¿Cuándo llegó el incendio? Cansada de sus infidelidades (que él solía justificarle como “me la tiré por pena”), Anjelica abandonó a Jack por Ryan O'Neill. Pero aquella relación de año y medio fue aún peor: O'Neill maltrataba físicamente a Huston y esta acabó volviendo con Nicholson. Ella quería casarse y tener hijos, pero él se reía en su cara cada vez que se lo proponía. En 1989, cuando Anjelica tenía 38 años, Jack dejó embarazada a una chica de 26 y tras enterarse se presentó en el rodaje de Los dos Jakes (la secuela de Chinatown) y le dio una paliza. “Y mientras le pegaba sentí una extraña gratitud hacia él por dejarme darle de hostias”, explica Huston. Días después, él la llamó y acabaron riéndose del incidente.
¿Quedaron brasas? Nicholson asegura que está soltero, solo en la vida (compró la casa de al lado de la suya, que pertenecía a Marlon Brando, para no tener vecinos) y que probablemente muera así. A los 81 años, ya no le parece adecuado ir ligando por ahí y además ninguna mujer se fía de él. Huston, que se casó en 1992 con un escultor y enviudó sin hijos en 2008 (Jack tiene cinco en total), admite que Nicholson es el amor de su vida, pero que tragó demasiado con él por culpa de su “encanto agresivo”. Sin embargo, le describe como un hombre generoso y alguien a quien “adoró y siempre querrá”. Quién sabe si queda esperanza para ellos. Si hay un lugar donde esta historia podría acabar con final feliz, ese es Hollywood.