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<p><strong>¿Cómo prendió la llama?</strong> “Voy a casarme con esa mujer”. Esa fue la reacción de Frank Sinatra (Hoboken, 1915- Los Ángeles, 1998) la primera vez que vio una foto de Ava Gardner (Carolina del Norte, 1922- Londres, 1990). Nada más conocerse, abandonaron a sus cónyuges. Sinatra iba contando por ahí que toda la vida solo le había interesado triunfar en la música, pero que ahora Ava era lo único que necesitaba.</p> <p><strong>¿Cuándo llegó el incendio?</strong> Sinatra acabó encajando regular estar sin trabajo mientras ella mantenía la economía familiar, así que Gardner le consiguió el papel que acabaría dándole un Oscar y resucitando su carrera: Angelo Maggio en <em>De aquí a la eternidad</em>. El alcoholismo de ambos, que solía acabar con objetos arrojados por la ventana y temperamentales polvos de reconciliación, llevó al matrimonio a una tensión insoportable. Tres intentos de suicido de él (uno con un arma y dos con somníferos) y dos abortos de ella sin consultar a su marido (no quería traer hijos a un hogar tan salvaje) acabaron con un divorcio y una huida de ella a Madrid, donde tuvo una relación un poco más relajada con Luis Miguel Dominguín. Pero poco más.</p> <p><strong>¿Quedaron brasas?</strong> Gardner siempre contó que desde su primera noche juntos, Frank y ella siempre estarían enamorados. Él, que siguió gestionando las finanzas de su exmujer durante años, se casó dos veces más. Ella permaneció soltera hasta su muerte en 1990, tras la cual Sinatra lloró durante horas por no haber estado a su lado.</p>
10 fotos

Once parejas de Hollywood que vivieron al borde del abismo

Así empezaron, se desarrollaron y terminaron estos idilios históricos

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