10 ciudades a las que iría si tuviera 18 años y un billete de Interrail
La Comisión Europea ha decidido regalar este verano 15.000 billetes de Interrail a jóvenes de 18 años para que viajen por el continente. Si eres uno de los afortunados, apunta estos 10 destinos
La iniciativa comunitaria pretende fomentar el intercambio cultural, permitir que los jóvenes conozcan otras culturas y religiones y luchar contra la creciente ola de xenofobia y euroescepticismo que avanza por el Viejo Continente. Y no hay duda de que ha calado entre los posibles receptores: ¡100.480 dieciochoañeros completaron el formulario de admisión! (11.680 de ellos, españoles).
Edimburgo
Ciudad de espíritu joven en un envoltorio señorial, Edimburgo es la capital cultural de Escocia y una de sus ciudades más divertidas, sobre todo en verano con sus famosos festivales (el oficial y el Fringe, el alternativo). Y se puede dormir muy barato (para los precios UK) en pleno centro urbano gracias a los tres albergues juveniles de la Scottish Youth Hostels Association, que gestiona más de 70 en toda Escocia.
Más información aquí.
Bolonia
Si hay una ciudad joven y dinámica en Italia es Bolonia, sede de una de las más famosas universidades. La amabilidad de sus gentes, el bullicio de una noche que es de los estudiantes, el ambiente de la Piazza Giuseppe Verdi, punto de reunión de colegiales locales y erasmus internacionales sentados en las terrazas o directamente en el suelo… te engancharan. Además, como buena ciudad universitaria, se puede comer y dormir muy barato.
Más información aquí.
Salzburgo
Otra ciudad que en verano es una fiesta. Su célebre festival (este año, del 20 de julio al 30 de agosto de 2018) llena todas las salas, auditorios e iglesias de música clásica, ópera y teatro. Aunque si —como imagino— meterte a un concierto de órgano no es lo que más te pone cuando tienes 18 años, en la ciudad de Mozart también hay una variada oferta de música más actual en vivo en sus pubs y locales nocturnos y muchas actividades de naturaleza y aire libre en las montañas de los alrededores.
Más información aquí.
Colonia
Es la cuarta ciudad más grande de Alemania, aunque no sea capital de nada. Y entre sus solemnes calles de ciudad catedralicia se esconde una de las urbes más festivas del país (sobre todo, durante el carnaval). Muchos parques y jardines, muchos museos y muchas opciones de paseos en bicicleta a lo largo de las riberas del Rin, el alma fluvial de Colonia. Sin olvidar su celebérrima catedral.
Más información aquí.
Burdeos
Una ciudad de belleza arquitectónica superlativa, por la que te puedes mover en bicicleta. Unida a la cultura del vino, sí, pero condicionada también por el río Garona y sus muelles recuperados, por su centro peatonalizado, sus muchas plazas llenas de terrazas y ambiente veraniego, y por ser una de las ciudades más turísticas de Francia, a solo dos horas en tren de alta velocidad de París. Y con una gran oferta artística y cultural.
Más información aquí.
Brujas
La ciudad belga es una de las urbes medievales mejor conservadas de Europa. Casi una postal de cuento. También, una de las más turísticas. Tanto que en temporada alta parece más un parque temático que un lugar donde vivan vecinos. Pero si estás de viaje por Europa con tu Interrail no puedes dejar de pasar por aquí. Tienes que pasear por su casco histórico, sentarte a tomar algo (¿una cerveza belga?) en la plaza Grote Markt, hacer una excursión en barco por los canales —incluido en la Brugge City Card—. Y por la noche, salir de fiesta por los pubs y discotecas de la plaza Burg y Kemelstraat —en el centro— o Blekerstraat y Vlamingstraat (no olvides que Brujas es también ciudad universitaria).
Más información aquí.
Gdansk
Polonia es mucho más que Varsovia y Cracovia. Gdansk (Danzig, en alemán) es el principal puerto de Polonia, una ciudad pequeña, hecha a escala del peatón, para pasearla con detenimiento y saborear su historia y sus edificios. La ciudad vieja y su otro Ayuntamiento, los molinos de agua aún en funcionamiento o los astilleros en los que nació el sindicato Solidaridad —encabezado por un desconocido hasta entonces líder sindical de nombre Lech Wałęsa— son otras de las visitas imprescindibles. Y si te gusta el fútbol, no te pierdas el Ámbar Arena, construido para la Eurocopa 2012, —sí, esa en la que España se coronó por tercera vez campeona de Europa—. Por la noche, el ambiente se instala en las numerosas terrazas y bares de la calle Dugla.
Más información aquí.
Liubliana
La capital de Eslovenia es la gran sorpresa de los Balcanes. Sus calles adoquinadas, su precioso casco antiguo, su castillo medieval... sorprenden al viajero primerizo, que no esperaba encontrar una Viena o una Praga en pequeñito. Pero es que además de bella, Liubliana es una ciudad rabiosamente joven llena de asociaciones culturales, edificios autogestionados, espacios de coworking, cultura alternativa y mucho ocio para veinteañeros. Hay muchos museos, un parque urbano gigantesco en pleno centro –el Tívoli- y mucha vida nocturna en verano.
Más información aquí.
Ginebra
Ginebra es la ciudad más cosmopolita de Suiza: el 40% de su población es extranjera debido en gran medida a su condición de sede más grande de las cuatro que tiene la Organización de Naciones Unidas. No es una ciudad barata, como toda Suiza, pero hay una oferta muy amplia de actividades gratuitas. Por ejemplo, la mayoría de los museos de la ciudad no cobran entrada. Y pasear por las orillas del lago Leman o por su interesante casco antiguo es gratis. Es además un buen punto de partida para explorar en tren el resto de Suiza.
Más información aquí.
Róterdam
Hablando de viajes para estudiantes, no podía faltar en esta lista la ciudad de Erasmo, el humanista y teólogo neerlandés del XVI que poco podía imaginar que su nombre terminaría asociado a las experiencias viajeras de varias generaciones de jóvenes europeos. Róterdam es otra ciudad joven, dinámica, llena de diseño, de arquitectura de vanguardia, de museos y centros de arte moderno… y de vida nocturna, muy en especial en la calle Witte de Whitstraat y aledañas, la zona preferida por los locales y por los erasmus foráneos por su concentración de cafés, pubs y restaurantes.
Más información aquí.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.