Edurne, la estrella que vive una vida corriente
La cantante, presentadora y pareja de David de Gea triunfa en la televisión e intenta mantenerse lejos del interés que genera
Cuando un país te conoce solo por el nombre de pila es que eres muy famosa. Para los desinformados, García Almagro son los apellidos de Edurne, a la que llamar cantante también se queda corto. A sus 32 años, la modelo, actriz, presentadora, participante de reality shows, triunfita, compositora y cantante acumula títulos en su corto nombre.
Edurne es una estrella insólita. Su rostro es popular por programas, series, anuncios... Pero de algún complicado modo ha logrado que su vida personal —y su relación con el futbolista David de Gea— no sea el centro de atención. Y eso que interesa, y mucho.
Desde niña la madrileña le cogió gusto al escenario. Formó parte del grupo infantil Trastos, con el que actuó en programas y Cabalgatas de Reyes hasta su adolescencia. Estaba preparada para el salto mediático: llegó en 2005 con la tercera edición de Operación Triunfo, donde brilló con rapidez, quedó sexta y conoció al que fue su primer novio mediático, Fran Dieli. A dúo cantaron un tema romántico en la primera gala pero, como en tantas ocasiones, lo que la Academia unió, la realidad lo separó, en este caso, dos años después. Fueron fechas clave para Edurne: entre 2007 y 2011 su carrera empezó a convertirse en la vorágine que es al protagonizar por toda España el musical de Grease, que la llevó por toda España.
Fue entonces cuando llegó su relación con el portero de la selección, entonces de la sub-21, David de Gea. Desde sus inicios fueron como hoy siguen: discretos y tímidos, sobre todo en los comienzos, pero abiertos. La relación tampoco pudo esconderse: en junio de 2011 él fichaba por el Manchester y ella seguía viviendo en la sierra madrileña (donde su madre tiene un negocio de estética) y se hacía asidua a la ciudad inglesa.
“Muy bonita no es”, dijo sobre la villa, lo que hizo que la prensa inglesa se le echara encima, en una de las pocas notas discordantes en su perfil bajo. Tuvo que insistir con su mejor sonrisa en cuánto le gustaba la ciudad para borrar la ira mancuniana.
Los años posteriores fueron como concursante: Edurne triunfó en Más Que Baile y Tu Cara Me Suena. Hasta que en 2014 dio un cambio de rumbo con nuevo representante, Óscar Tarruella. “Quise que dejara de ser concursante de talent shows para que brillara como artista”, declaraba hace unos meses el marido de Mónica Naranjo, que ha llevado la carrera de la artista hasta mayo. Trabajo y más trabajo: nada de ser una novia de futbolista, una WAG, a la sombra de un ídolo deportivo.
Y Edurne brilló, sobre todo en Eurovisión en 2015 (para la que fue seleccionada de forma interna de RTVE). Canción pegadiza, llamativa puesta en escena, buena audiencia… y puesto 21 de 27, con solo 15 puntos. Al contrario que otros en su situación, salió reforzada: el festival la recolocó en el mapa, sacó el tema en inglés y fichó por Got Talent en Telecinco. Lleva tres ediciones y no tiene intención de parar.
Mientras tanto, su vida personal sigue estable, lejos del barullo mediático. El verano de 2016, pasó su momento más difícil cuando De Gea se vio implicado en la vorágine del caso Torbe, un delito de abusos sexuales y trata de mujeres. Él lo negó, y ella, que había permanecido en segundo plano (aunque su entorno sí comentó que la “presión mediática” le estaba afectando), habló del tema pasados los meses: “Nunca tuve dudas. Siempre confié plenamente en la inocencia de David. Le he apoyado y he estado a su lado”.
El año siguiente dio pruebas de que su relación estaba reforzada marchándose a Manchester. Allí, al lado de De Gea, compuso los temas de su próximo disco, que también grabará en la ciudad. Y allí pasearon juntos en la cena que consagró a De Gea como estrella de su equipo. Estos días cambian el escenario por Rusia, donde Edurne asegura que irá a apoyar a su pareja, como hace estos días en redes. Donde volverá a estar, como solo ella sabe, cerca y lejos de los focos.
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