El 1 de octubre, ¿fiesta nacional?
La Asamblea Nacional Catalana quiere declarar el 1-O fiesta nacional. A Torra le parece razonable la petición. Me permito hacer unas reflexiones: del asamblearismo no podemos esperar decisiones razonables, es casi peor que el totalitarismo; volvemos a tener un presidente que gobierna solo para una parte de Cataluña, que encuentra razonables las aspiraciones de esta parte e ignora las de la parte contraria; por último, con esta propuesta no se reduce la fractura social. El independentismo no quiere aceptar que Cataluña no es una realidad homogénea. Con su imparcialidad está consiguiendo la consolidación de dos pueblos diferentes. Dos comunidades que, de momento, se miran con indiferencia, en algunos casos con perplejidad, y que ocasionalmente ya se enfrentan. Aún no hemos llegado al enfrentamiento civil del que habla Borrell. Nos estamos acercando.— Martín Martínez Martínez. Barcelona.
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