Isabel II condecora a una exprostituta por su activismo
Catherine Healy, de 62 años, ha sido reconocida con una Orden al Mérito por servicios a los derechos de las trabajadoras sexuales
Catherine Healy, de 62 años, ha sido reconocida por la reina Isabel II con una Orden al Mérito por los servicios que ha prestado en favor de los derechos de las trabajadoras sexuales. El trabajo de Healy fue clave en la creación de una nueva ley en 2003 que dio derechos de pleno empleo a las trabajadoras sexuales en Nueva Zelanda, parte de la Commonwealth.
"Me sorprendió cuando me lo dijeron", ha contado Healy a la BBC. "Estoy en shock". Y añadió: "Incluso creo que hace unas semanas no hubiera pensado que esto fuera posible. Es indicativo de un cambio en las actitudes de las personas y es bonito sentirse apoyado. Pero queda mucho trabajo por hacer". El nombramiento lo realizó el lunes Isabel II, coincidiendo con las celebraciones por el 65º aniversario de su ascensión al trono británico. Esta distinción fue creada por la propia reina en 1996 para “aquellas personas que, en cualquier campo de la vida, hayan dado un meritorio servicio a la Corona y a la nación o a quien se haya distinguido por su eminencia, talento, contribuciones u otros atributos”.
Catherine Healy, a former sex worker who successfully campaigned to decriminalise prostitution in New Zealand, has been made a dame in the Queen's Birthday Honours list.
— BBC 100 Women (@BBC100women) June 5, 2018
She was recognised with an Order of Merit for services to the rights of sex workers https://t.co/zg8esTycOy pic.twitter.com/6pUZYZ76C1
Healy trabajó como maestra de escuela primaria antes de convertirse en trabajadora sexual en la década de 1980. Ha explicado que comenzó su misión sorprendida por la falta de protección para las prostitutas. "Nos hablaban de una manera irrespetuosa", explicó. "Necesitábamos encontrar nuestra voz y necesitábamos ser entendidas". En 1987, Healy formó el Colectivo de Prostitutas de Nueva Zelanda (NZPC), que defiende los derechos de las personas que ejercen el trabajo sexual.
Este grupo realizó una larga campaña para despenalizar el trabajo sexual en aquel país y argumentó que hacerlo haría la profesión más segura. Ayudó a redactar la Ley de Reforma de la Prostitución, que se aprobó en 2003 y permitió que los burdeles funcionasen como empresas legales. La ley también implicaba que las trabajadoras sexuales estaban sujetas a las normas de empleo y salud y seguridad.
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