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Crecer en uno de los barrios más peligrosos de América Latina Petare es el barrio con la tasa más alta de homicidios de Caracas, la ciudad más peligrosa del mundo. La droga, los asesinatos y la pobreza son sus tres características. Los más jóvenes acaban normalmente sumidos en la delincuencia, sin educación reglada y con un alto índice de embarazos adolescentes Un par de chavales posan para un retrato dentro del barrio Petare, en Caracas, uno de los más grandes y violentos de América Latina. James Forde Un grupo de jóvenes pasa el rato en este barrio en el que viven unos 500.000 vecinos. El sistema social aquí está deteriorado y los más jóvenes tiene pocas oportunidades de escapar a la situación de violencia. James Forde Un joven es fotografiado en su casa en Petare. Su madre fue asesinada hace tres años en un robo fallido, por lo que ahora vive con su abuela. James Forde Un chaval juega al videojuego Grand Theft Auto mientras se encuentra en una casa de amigos. El 51% de jóvenes entre 18 y 24 años manifiesta deseos de emigrar James Forde Un grupo de jóvenes juega al baloncesto en el campo de deportes en Mesuca, que se encuentra en el corazón de Petare. Hace varios años, el partido opositor ELMUD estableció el programa social 'El deporte salva vida' para disuadir a los jóvenes de caer en una vida delictiva. James Forde Se ve a una niña en la piscina del centro deportivo de Mesuca, que se encuentra en el corazón de Petare. El centro deportivo fue creado como una forma de distraer a los jóvenes para que no caigan en una vida delictiva. James Forde Una niña juega con su muñeca mientras está en casa con su hermano. Su padre desapareció hace muchos años, por lo que es criada principalmente por su hermano y su madre. James Forde Un joven adolescente camina por la montaña del Avila, que separa a Caracas de la costa del Caribe. Esta montaña es casi sagrada para la población local ya que muchas personas la usan como una forma de escapar del caos de la ciudad, en algún lugar para relajarse, hacer ejercicio y respirar aire fresco. James Forde Una joven pareja bailando en una fiesta. “Jamás ha habido menos citas románticas que ahora”, reflexiona Samuel Suárez, un universitario caraqueño de 23 años. Si vives en casa de tus padres, llevar a una pareja nunca ha sido fácil. La mayoría de progenitores son bastante conservadores y católicos. Pero con la crisis se ha vuelto aún más difícil. Más jóvenes viven con sus padres hasta más tarde, y menos se pueden permitir una noche romántica en un hotel. James Forde Una niña posa para un retrato. En los distritos pobres y violentos en los que no ha habido tanto relevo de población, los ladrones respetan la tradición de no robar a la gente de su mismo barrio. James Forde Un manifestante sube las paredes de un sitio de construcción con la intención de romper y robar materiales para construir barricadas. La imagen fue tomada en julio de 2017. James Forde Una lista de más de 100 nombres en una pared en el barrio próspero de Chacao en Caracas recuerda a aquellos que murieron a manos de las fuerzas de seguridad venezolanas mientras protestaban por el estado calamitoso del país. La imagen fue tomada en agosto de 2017. James Forde Un niño adornando un sombrero de estilo militar en un mitin en el aniversario de la muerte del ex presidente Hugo Chávez. A diferencia de Estados Unidos y Europa, donde los políticos son relativamente poco importantes para la juventud, en Venezuela todos saben quién fue Chávez James Forde Un grupo de jóvenes estudiantes en un colegio público en La California ubicada en el este de Caracas. En los últimos años, las escuelas públicas se han visto más afectadas por la escasez de alimentos, hasta el punto de que muchos no pueden ofrecer el almuerzo a los jóvenes. James Forde Una niña espera para recibir donaciones de comida en una iglesia en El Cementario, un distrito en el sur de Caracas. La escasez de alimentos es una situación común en Venezuela. Algunas cifras indican que la mayoría de los venezolanos solo come dos comidas al día y es común ver a las personas buscando algo que llevarse a la boca en la basura. James Forde