Los esqueletos de cientos de urbanizaciones se erigen por toda España. Son una parte de los efectos del `boom`que aún perduran, 10 años después del inicio de la crisis
Los restos de la urbanización Las Panajosas, en Sevilla, se aprecian desde la autovía de La Plata a su paso por el pueblo que lleva su nombre.Alejandro RuesgaLuis Cruz (I) y Carlos García Melchor (D), ante los pisos de la urbanización Cristina Sur, de Pinto. Ellos adelantaron el dinero por sus respectivas viviendas pero resolvieron su contrato ante el retraso de las obras. Tienen una sentencia firme a favor de que se les devuelva su inversión. El promotor, declarado en quiebra, no lo ha hecho y ha revendido las casas.Álvaro GarcíaViviendas a medio construir del complejo de ocio Velbapark, en Villamayor de Calatrava (Ciudad Real).Alejandro RuesgaJuan Luis Macía y Sonia Jiménez posan junto a su hija frente al bloque donde compraron un piso en la calle Fortaleny en Benimamet (Valencia). La urbanización nunca se llegó a terminar. Macía tiene un fallo judicial a favor de la resolución de su contrato pero la constructora se declaró en quiebra y no ha recuperado su dinero.Mònica TorresLa urbanización de Las Pajanosas, en Sevilla, ha quedado reducida a una serie de despojos de ladrillo y cemento.Alejandro RuesgaEl AVE Madrid-Sevilla es lo único que rompe el silencio que se cierne sobre los bloques inacabados de lo que se llamó en su día la Marina D´Or de Castilla-La Mancha, a ocho kilómetros de Villamayor de Calatrava.Alejandro ruesgaVista aérea de la urbanización inacabada a las afueras de Las pajanosas (Sevilla).Alejandro RuesgaLo que debía ser un complejo de ocio y lujo en Villamayor de Calatrava se parece más a un poblado abandonado del Oeste.Alejandro RuesgaLas viviendas de la urbanización fantasma de Velbapark, en Villamayor de Calatrava, han sufrido saqueos y pillajes. Los vecinos temen que atraigan asentamientos ilegales.Alejandro Ruesga
