Dimite un viceministro japonés acusado de acosar a varias periodistas
Junichi Fukuda está acusado de pedir a las mujeres que se dejaran abrazar y tocar los pechos e incluso que se fueran con él a un hotel
El viceministro nipón de Finanzas Junichi Fukuda ha dimitido este miércoles tras ser acusado de acoso sexual por parte de varias periodistas, en lo que supone el primer caso de este tipo en Japón tras el surgimiento del movimiento #MeToo. Fukuda ha presentado su renuncia dos días después de negar cualquier comportamiento inapropiado.
La dimisión fue anunciada por el ministro del departamento, Tao Aso, después de que el semanario The Shukan Shincho publicara la semana pasada que Fukuda, de 58 años, hizo sugerencias sexuales, algunas de ellas grabadas, a varias periodistas, cuya identidad no ha sido revelada. El semanario publicó grabaciones de lo que afirma es una conversación con una periodista en un bar.
"Presentó su renuncia, alegando que le resultaba difícil seguir cumpliendo con sus responsabilidades en la situación actual y decidí aceptarla", asegura el ministro en un comunicado. El ministerio añade en la nota que continuará investigando las acusaciones a través de una firma jurídica externa, ya que el caso estaba siendo tratado de manera interna por subordinados del propio viceministro, que ha negado los hechos.
El ministro de Finanzas, que había apoyado hasta ahora al político, llegó a pedir a las mujeres supuestamente víctimas del acoso que revelaran su identidad y llevaran el caso a la justicia para ser creíbles, lo que desató una fuerte polémica. Por su parte, Fukuda negó el pasado lunes que tuviera intención de dimitir y anunció que demandaría a la revista por lo que considera informaciones falsas.
"Nunca tuve tal conversación con una periodista", respondió Fukuda en un comunicado. "Voy de vez en cuando a cenar con periodistas, hombres y mujeres, luego de horas de trabajo, pero nunca tuve un intercambio con una mujer periodista como el que reporta el semanario", agregó.
Fukuda, que está acusado de pedir a las mujeres que se dejaran abrazar y tocar los pechos e incluso que se fueran con él a un hotel, ha asegurado hoy en rueda de prensa que había decidido dimitir para "limpiar su nombre".
A diferencia de otros países de su entorno como Corea del Sur, este es el primer caso de este tipo en japón desde que se inició el movimiento #MeToo en EE UU. En Japón es un país marcado por un sexismo profundamente anclado en las costumbres y las mujeres sufren todavía graves desigualdades laborales y de representación política.
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