Mi coche diésel
Pues miren, no. No voy a tirar mi coche diésel para cambiar al último modelo eléctrico, híbrido, de hidrógeno, de fusión nuclear o a pedales que nos quieran vender. Subirán la ITV, el carburante, el seguro, el impuesto municipal... o nos obligarán a llevar una calavera en el parabrisas, pero no lo pienso abandonar por apestado. Y si me prohíben circular por ciertas vías, ya me las ingeniaré. Hasta hace cuatro días aquí nadie decía ni mu sobre las maldades del diésel. No soy insensible al medio ambiente: reciclo todo lo que puedo, utilizo la bici en ciudad más que cualquier ciudadano medio, pero me niego a ser pagador de errores pasados.— José Vicente Rodríguez Conejo. Monforte de Lemos (Lugo).
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.