7 fotosPor qué tienes que aprender caligrafía japonesa aunque no hables japonésLos talleres del espacio Loewe Solo Origami en Casa Decor te invitan a adentrarte en el Shodo, un sistema de escritura milenaria perfecto para desconectar de todoICON07 mar 2018 - 13:23CETWhatsappFacebookTwitterLinkedinCopiar enlaceEl origen del Shodo son los pictogramas, pequeños dibujos esquemáticos que terminan convirtiéndose en signos de escritura. Este ejemplo es uno de los más sencillos: el símbolo que define al árbol se convierte en “grupo de árboles” y “bosque” a medida que se multiplica sobre el papel. Es importante para entender que la caligrafía japonesa tiene algo de críptico, pero es perfectamente apta incluso si la única palabra japonesa que conoces es "sayonara". Lo importante es sentarse de forma correcta –la caligrafía presta mucha atención a la postura corporal– y probar suerte.En las siguientes imágenes vamos a recorrer, de la mano de las obras y las palabras de la maestra Eiko Kishi, los seis principales estilos de la caligrafía japonesa. "Hay un estilo para cada finalidad", explica esta ciudadana nipona radicada en España desde mediados de los años ochenta. El primero, que no es estrictamente caligráfico, es el que ya hemos comentado, el pictograma. Esto que aparece en la imagen es un caballo, con cabeza, cuatro patas y cola. Si quieres ver cómo se transforma en signos totalmente distintos, pasa a la siguiente imagen de la galería.El Ten-sho es una forma de escritura que deriva de los pictogramas y que por su elaboración se suele emplear para crear sellos. “En Japón cada persona tiene un sello que puede emplear para firmar documentos”, explica Eiko, cuyo sello artístico, estampado en rojo en sus obras de caligrafía, significa "aroma de orquídea". “Son formas elaboradas que proceden de una época en que los símbolos se inscribían en madera, piedra o caparazones de tortugas”. En esta imagen, el dibujo de un caballo (las cuatro barras verticales de la parte inferior corresponderían a las patas y la cola) se transforma en un signo más complicado y difícil de copiar. Por eso se emplea para firmar.El estilo utilizado por los funcionarios administrativos de antaño tiene hoy un atractivo adicional: el ritmo de escritura que exige, y la sutileza de sus trazos, hace que sea introspectivo y relajante. “En la cultura japonesa lo que importa es el proceso, el camino”, explica Eiko. “La caligrafía te permite mirar en tu interior”. "Con el ritmo de vida que llevamos, el Shodo permite hacer algo diferente y pausado". La caligrafía japonesa aúna distintos códigos: dos sistemas de escritura propios llamados ‘hiragana’ y ‘katakana’, a los que se añaden los 'kanji', ideogramas de origen chino.Es la escritura estándar, la que se aprende en la escuela –los escolares japoneses comienzan a manejarse con el pincel a los 7 u 8 años– y representa la vertiente más oficial de la caligrafía, la misma que vemos reflejada en libros y en internet. "La caligrafía es una habilidad esencial en la educación de las niñas y los niños", recuerda Eiko Kishi. Ella misma, que enseña caligrafía Shodo en la escuela Bonsaikido (Castellana 100, bajo izq. Madrid), tiene muchas alumnas japonesas que, lejos de su país, "quieren reencontrarse con su historia y su cultura".“La tinta se hace a partir de carbón de madera, y por lo tanto tiene un olor intenso y muy relajarte, como el del incienso”, explica Eiko. “Incluso el gesto de preparar la tinta y diluirla en agua tiene algo de relajante”. La fluidez de la tinta se aprecia especialmente en el estilo Gyo-sho, más rápido y libre que el protocolario Kai-sho. Uno de los aspectos más importantes de la escritura japonesa es que el orden lo es todo: cada trazo corresponde a un gesto preciso y ocupa una posición concreta en la realización del 'kanji'. Por eso el aprendizaje dura toda una vida. "Ahora que todo el mundo es tan competitivo, lo interesante de la caligrafía es que no tiene sentido compararse con los demás. Lo importante es el progreso interno de cada uno".Es el más rápido y personal, porque se puede hacer incluso sin levantar el pincel del papel. “Si el Kai-sho es escribir sentado y el Gyo-sho es escribir de pie, So-sho es como escribir corriendo”, explica Eiko. Este estilo es tan libre y esquemático como quiera su autor, por lo que es difícil de leer incluso para los propios japoneses, ya que no hay dos escrituras So-sho iguales. De todos modos, no se estrese. Si después de probar los talleres de Shodo en el espacio LOEWE SOLO Origami tiene ganas de seguir aprendiendo, dispone de todo el tiempo del mundo.