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Una tirolina siembra la discordia en el paisaje histórico de Jerusalén

Una organización israelí planea construir una atracción turística en un mirador sobre la Ciudad Santa

Juan Carlos Sanz
Un guía explica a turistas turcos la vista de la ciudad vieja de Jerusalén.
Un guía explica a turistas turcos la vista de la ciudad vieja de Jerusalén.JIM HOLLANDER (EFE)

Un cable suspendido de altos pilares para regocijo de los turistas atravesará pronto el perfil de murallas, iglesias, mezquitas y sinagogas al sur del Jerusalén más antiguo. La organización israelí Elad, que gestiona un parque arqueológico y fomenta el asentamiento de judíos en barrios palestinos, ha obtenido, según el diario Haaretz,licencia municipal para tender una tirolina de 784 metros de longitud desde el mirador de la Promenade (paseo) de Talpiot Oriental, donde se divisa una de las mejores vistas de la Ciudad Vieja. La atracción permitirá a los visitantes descender vertiginosamente colgados de una polea y un arnés hasta el bosque de Abu Tor sin salir en ningún momento de la Línea Verde, la zona tapón que separaba el oeste del este de la ciudad hasta la guerra de los Seis Días.

Tras medio siglo de ocupación de Jerusalén oriental y 38 años después de su anexión a Israel, la antigua tierra de nadie de Talpiot Oriental aún sigue albergando el cuartel de los observadores de Naciones Unidas. Ahora dispondrá además de una tirolina que ya ha empezado a sembrar la discordia entre partidarios y detractores. Los primeros afirman a través de la organización Elad que la instalación “fortalecerá el atractivo turístico del Jerusalén antiguo”. Los segundos sostienen, por medio del grupo israelí antiocupación Paz Ahora, que “va a transformar la Ciudad Vieja y sus alrededores en un parque de atracciones como Disneylandia”. Las voces críticas se quejan también de que el proyecto no ha sido sometido a información pública.

La polémica tirolina se suma a otras iniciativas en marcha en el Jerusalén histórico, como la instalación de una pasarela colgante desde Abu Tor hasta el monte Sión, a la vera del recinto amurallado, y, sobre todo, la construcción de un teleférico que discurrirá junto a la Ciudad Vieja. Los pilares gigantes necesarios para sostener los cables del sistema de telecabina amenazan con perturbar la visión del milenario panorama que acoge los santos lugares de las tres religiones monoteístas.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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