Nick Nolte: “Soy un hombre nuevo y afortunado tras pasar por un psiquiátrico”
El actor cuenta en una biografía sus años de drogas y alcohol que le llevaron a ser detenido en varias ocasiones
Hay imágenes que siempre permanecerán en la memoria. Algunas, como la de Sharon Stone cruzando las piernas Instinto básico o Leonardo DiCaprio sujetando a Kate Winslet a bordo del Titanic marcan el nacimiento de una estrella. Otras, como esa instantánea que tomó la policía de un Nick Nolte recién detenido por conducir drogado, fueron el principio del fin. Por eso el intérprete tres veces candidato al Oscar ha decidido limpiar su imagen y tras 15 años de aquel incidente Nolte deja las cosas claras en su nueva biografía, Rebel. El título describe la personalidad de este actor de 76 años que incluso en la actualidad se rebela contra las normas, asistiendo a las entrevistas en pijama (aunque cubierto con un abrigo) o dado a contar sin filtro su versión de Hollywood.
“Mi pelo salvaje, la expresión desconcertante de mi rostro. Parecía un loco que se había escapado del manicomio”, así describe en el libro la fotografía que ya en 2002 se convirtió en un fenómeno viral. El protagonista que se dio a conocer en la serie Hombre rico, hombre pobre admite en su biografía que su rostro era el reflejo de la drogadicción que le atenazaba. “Tomaba GHB antes de ir a una sesión intensa de gimnasio. Me hacía sentir genial. Con esta droga entré en un ciclo adictivo como los que ya había vivido antes”, reconoce ahora el actor nominado al Oscar por El príncipe de las mareas (1991), Affliction (1997) y Warrior (2011).
Hasta su arresto Nolte no puso solución a sus problemas. Según recuerda ahora el día en el que fue detenido había ido primero a un centro de alcohólicos anónimos que conocía cerca de su casa. Pero sintiéndose bajo la influencia de esta potente droga ilegal desde hacía dos años decidió marcharse. “Me dijeron que unos seis conductores llamaron a la policía para denunciarme mientras conducía por el lado contrario de la autopista de la costa”, recuerda ahora. Una vez en custodia policial fue cuando le sacaron la famosa Polaroid que Nolte se dejó hacer si los agentes compartían el dinero de esta instantánea “robada” entre ellos. Así pasó de ser considerado en 1992 como uno de los hombres más sexis de la pantalla por la revista People a “diez años más tarde, ser visto por todo el mundo como un loco”.
En la actualidad Nolte parece más un hombre de las cavernas que un loco. Su pelo completamente blanco sigue siendo indomable acompañado de una barba frondosa igual de nevada que oculta su rostro. Entre sus últimos trabajos artísticos se cuenta la serie Graves en la que interpretó a un peculiar presidente estadounidense. Y en su vida privada asegura que se dedica a la crianza de su hija menor, Sophie, de diez años, fruto de su relación con su compañera Clytie Lane. Todo ello alejado desde hace años del alcohol, las drogas y el tabaco que controlaron su vida. Nada más ser puesto en libertad tras su arresto Nolte dice que buscó ayuda “en un famoso centro psiquiátrico” conocido por sus programas de desintoxicación. “Salí de ahí como un hombre nuevo y muy afortunado”, relata en su biografía.
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